Recién llegados a las oficinas de la delegación diocesana de Hermandades y Cofradías, el matrimonio Lucena Gómez se muestra con esa sonrisa que exterioriza un nuevo reto que se toma con ilusión. Elena y Orlando llevarán todo lo relativo a las cofradías en la Diócesis de Asidonia-Jerez. Que es decir mucho ya que es el movimiento católico que más moviliza y que más influencia social tiene. También la delegación es esa ventanilla donde se reciben las tortas de los cofrades. El rostro donde van a parar las filias y las fobias. Por tanto no es un camino de rosas sin espinas. Habrá de todo.

Ya se sabe lo de las quinielas cofrades. Dijeron que sería un cura o que el nombre del delegado comenzaba por la letra “p”. No dan ni una. Don José Rico se sacó el conejo de la chistera y sorprendió a todos con un matrimonio cristiano y con valores.

Después se ha dicho —porque en todo esto de las cofradías se habla más de la cuenta— que si era un cortijo o si todo quedaba en casa. Sin embargo, para quien suscribe, la primera toma de contacto, le ha parecido que son un tándem perfecto. Orlando, conocedor como pocos de todo lo que se mueve en las cofradías. Elena, una trabajadora incansable y persona de fe. Madurez perfecta entre ambos. Buena combinación.

Desde estas páginas se les desea todo lo mejor. Será complicado no pisar alguna mina. Nunca desde estas páginas aprovecharemos la ocasión para echar ‘carnaza’. Los delegados saben el mensaje encriptado que les envío. Ojalá que el proyecto que señala la formación y el aperturismo en las hermandades sea una hoja de ruta completada al final de este viaje que inician. Mucha suerte y ahora a lidiar al ‘miura’ de las cofradías que no es fácil. Lo digo por experiencia.