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Tribuna libre

Dr.José Manuel Trinidad Martín-Arroyo /

¿Toma ibuprofeno contra el dolor?

POSIBLEMENTE esté enterado de que, recientemente, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha emitido las conclusiones de su revisión sobre el ibuprofeno, admitiendo que el tratamiento en altas dosis aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares, como los infartos o los ictus. Y también, puede que haya respirado más tranquilo al conocer que la AEMPS señala que a dosis reducidas (menos de 1200 miligramos al día) no se ha podido observar un aumento de estos riesgos.

No obstante, estudios anteriores también señalaron un incremento de las complicaciones gastrointestinales en pacientes con consumo crónico de ibuprofeno. Por ello, los autores de la investigación publicada en la prestigiosa revista médica The Lancet alertan sobre la necesidad de reducir la prescripción de antiinflamatorios a aquellos casos en los que sean absolutamente necesarios, y siempre a baja dosis y en cortos períodos de tiempo. Además recomiendan buscar tratamientos alternativos cuando sea posible.

La buena noticia, y que muy pocos conocen, es que el abordaje del dolor ha cambiado mucho en los últimos años y se han desarrollado nuevas técnicas que permiten un manejo más efectivo de este síntoma. Estos procedimientos, llevados a cabo en las Unidades del Dolor, suelen realizarse de forma ambulatoria, sin requerir ingreso y con la guía de radioscopia o ecografía, lo cual permite una localización exacta del tratamiento que se debe aplicar.

Todo ello logra, en un porcentaje elevado de nuestros pacientes, un alivio mantenido en el tiempo y una mejora de la calidad de vida. Esta mejoría permite disminuir las dosis de analgésicos y, en algunos casos, el abandono completo de la medicación, evitando así los efectos adversos que pudieran asociarse a su consumo.

Dentro de estos procedimientos, destacamos el uso de la radiofrecuencia para tratar patologías como hernias discales, lumbalgias, hombro doloroso, cefaleas, neuralgia del trigémino, artrosis de rodilla, etc… Pacientes con contracturas musculares (síndrome miofascial) se benefician del tratamiento con toxina botulínica inyectado de forma guiada con ecografía. O bien, nuevas terapias como el ozono intradiscal o el plasma rico en plaquetas pueden mejorar el abordaje del dolor en hernias discales o patologías articulares, respectivamente.

En pacientes con dolores crónicos más complejos, como puede ser el caso del síndrome postlaminectomía, existen tratamientos más invasivos como la adhesiolisis o epiduroscopia, en las que se navega a través de la columna y permite tratar desde el interior el dolor. O incluso, disponemos de neuroestimuladores o bombas de infusión intratecal que, en última instancia, pueden mejorar su calidad de vida.

De este modo, desde las Unidades del Dolor se dispone, actualmente, de múltiples herramientas que aportan nuevos abordajes en su tratamiento y hacen posible abandonar el hábito de consumo constante de antinflamatorios para tratar el dolor crónico. Podríamos decir que las Unidades del Dolor se han convertido en la alternativa entre el ibuprofeno y la cirugía. Y cada vez son más las posibilidades terapéuticas que ofrecen a los pacientes que sufren dolor crónico en nuestro país.

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