Tierra de nadie
Alberto Nuñez Seoane
Palabras que el viento no se lleva
LA mayoría de los lectores ni sabrán que es eso de Tugasa, ni de qué les voy a hablar. Pero es bien fácil y se explica en pocas palabras. En la provincia de Cádiz existen una serie de hoteles -de distintas categorías, presencia, e incluso se podrían denominarse en algunos casos como Casas Rurales- que son de gestión pública y se ha hecho desde la Diputación Provincial., que es titular de algunos de ellos. Están en Algar, Castellar, Medina, Setenil, Vejer, Villaluenga y Zahara de la Sierra (estas son propiedad de sus respectivos Ayuntamientos) más las de El Bosque y Olvera, que son de la Diputación. Pero es esta Institución la que ha llevado la gestión de los nueve hoteles, hotelitos, Casas Rurales o como se les quiera denominar, bajo el nombre de Turismo Gaditano, S.A.
Y ha sido un absoluto y rotundo fracaso. La Diputación, que preside la socialista Irene García, ha decidido liquidar Tugasa, esconder sus pérdidas, no publicitar sus deudas y crear un organismo público nuevo que absorba la gestión de estos hoteles y la nómina de sus trabajadores, que son alrededor de 120 profesionales. Es una batalla política antigua entre PP y PSOE, pero que nadie ha sabido enderezar y que ahora, según los más optimistas, llega a acumular cinco millones de euros de pérdidas. Su ocupación ha sido bastante deficitaria en los últimos años -el año mejor se alcanzó un 25 % de ocupación- y su gestión siempre deficitaria. Y las pérdidas, al bolsillo de los contribuyentes, que para eso estamos.
No hace falta indagar a fondo en los nuevos planteamientos porque la propia Irene García lo define como el "relanzamiento de esta cadena, un giro total en su gestión y que la cadena tenga un futuro en la gestión pública". Yo me permito dudarlo desde aquí y desde ya. No me creo que los intereses políticos desaparezcan y que la gestión de estos hoteles tenga el exclusivo objetivo de obtener beneficios, incrementar ingresos y aminorar gastos. "Hasta ahora, dice Irene García, solo hemos tenido gastos y muy pocos ingresos". Y muchas mamandurrias, como suele acarrear la gestión de los políticos.
Como señalo en el titular, sólo la gestión privada puede, y debe, dar resultados positivos. ¿Y como? Pues me atrevo a vaticinar que si la Diputación es capaz de realizar un pliego de condiciones económicas para que se interesen empresas o gestores privados, que mantenga los puestos de trabajo (los de verdad, no los de enchufados), que gestione bien su capacidad publicitaria y que revierta parte de los beneficios a la propia Diputación, que es la titular y propietaria, se deben dar las premisas básicas para la rentabilidad de Tugasa, o como se llame la nueva sociedad. No es fácil la solución, pero sería la única salida para unos hotelitos que tienen un "algo" diferencial y que pueden arrastrar otro tipo de turismo en nuestra provincia, que no sea solo el de sol y playa. Pero claro, para ello sería necesario que la preferencia fuera la rentabilidad económica y no los favoritismos y privilegios políticos. Y eso es algo que los políticos, de cualquier partido, no suelen entender.
Se trata de salir del descrédito y entrar en el camino del crédito turístico, como señalaba hace unos días Antonio Arcas en estas mismas páginas. Dicho de otra manera, sólo es dar el paso de lo público a lo privado.
darocabruno@gmail.com
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