CATAVINO DE PAPEL

Manuel Ríos Ruiz

Valderrama (hijo) se presenta como cantaor

28 de junio 2010 - 01:00

AL frente de un elenco compuesto por los siguientes artistas: Dirección musical y arreglos: Jesús Bola; Guitarra: Daniel Casares; Piano: Laura de los Angeles; Cuarteto de Cámara. Dirección y cello: Rafael Domínguez; Violín: Alexandre Tronchinsk; Contrabajo: Francisco Ballester Sanz. Y Artista invitado: Juan Habichuela, Ha querido Juan Valderrama (hijo) estrenar su espectáculo "Maestros" dentro de la programación de la madrileña Suma Flamenca, adquiriendo un compromiso sumamente significativo.

Músico y cantante melódico, hijo del maestro cantaor y cancionero Juanito Valderrama, siempre en la memoria de los cabales, y de la cantaora y tonadillera Dolores Abril, ha querido probar sus posibilidades como cantaor flamenco Juan Valderrama. Responsabilidad muy grande, aumentada al afrontar una evocación de las voces inolvidables de los intérpretes de antaño, entre ellos Caracol, Vallejo, Marchena, Porrinas, La Niña de la Puebla… O sea, lo que se dice un atrevimiento de órdago, para el que se necesita en primer término un ánimo incuestionablemente valiente.

Juan Valderrama se encontró con un público propicio para llevar a cabo su envite, porque en la sala abundaban los seguidores de su padre en buen número, recibiendo una acogida calurosa y cerradas ovaciones tras cada cante. Unos cantes casi en desuso, desde la farruca a la colombiana, pasando por el garrotín, la vidalita, el pregón por bulerías, los campanilleros, la toná temporera, la toná trillera, la guajira…, que fue interpretando apoyándose con cierta dignidad en las versiones de Manuel Vallejo y Pepe Marchena, principalmente, configurando con ellos el meollo de su recital, bien acompañado al piano por Laura de los Angeles y a la guitarra por Daniel Casares.

Y de los otros estilos que Juan Valderrama interpreta en homenaje a los maestros recordados, cabe destacar la granaína y los tangos vallejianos y porrineros. Así como los cantes malacitanos, junto a la sonanta magistral de Juan Habichuela. Finalmente, se centró por soleares, para finalizar con la canción más emblemática del repertorio de su progenitor: "El emigrante". Podemos considerar que Juan Valderrama puede ir progresando como cantaor, si al margen de sus imitaciones, de los cantes "aprendíos" a ultranza, logra personalizar tan amplio bagaje estilístico, puesto que base de conocimiento no le falta para conseguirlo.

Desde luego, es posiblemente lógica la aventura emprendida por Juan Valderrama. No obstante, corre el peligro de estar siempre en el brete de ser comparado artísticamente con su padre, lo cual supone un problema muy difícil de ser paliado. Esperemos, pues, acontecimientos, si es que mantiene su expuesto deseo.

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