Miki&duartela esquinacrónica personal

José Aguilar / Pilar Cernuda

Vente a Alemania, Pepe (otra vez)El veto

11 de noviembre 2010 - 01:00

LA actualidad económica nos zarandea de forma constante. A veces se encadenan las noticias para desvelar la fragilidad de España y lo que le va a costar vislumbrar la luz al final del túnel de la crisis que dura ya tres años. Hoy nos hacen ser más pesimistas que ayer y tal vez menos que mañana.

Como Irlanda, Grecia o Portugal, la prima de riesgo de la deuda española ha vuelto a desbocarse. Para entendernos: tenemos que pagar intereses más elevados para que los mercados internacionales acepten prestarnos dinero o refinanciar el que ya debemos. La referencia es el bono alemán, símbolo de una economía sólida que da confianza a inversores y financieros.

Alemania no sólo es referente en deuda. El motor económico europeo lo ha sido de nuevo en el segundo trimestre del año, cuando su Producto Interior Bruto ha crecido un 2,2%, la tasa más elevada desde la reunificación del país, que tanto lastre arrastró al tener que asumir el atraso del Este ex comunista. El paro sigue siendo elevado... para Alemania, porque en términos comparativos resiste a naciones tan imparables como la nuestra: el 7,2% de la población activa, frente al 20,5 en España (aproximadamente tres veces más). La recuperación llega con tal brío que la industria necesita 800.000 trabajadores. Hacen falta, sobre todo, ingenieros, pero hay un amplio lugar para conductores profesionales, cocineros, personal administrativo y empleados de geriátricos. Sería tremendo que, dado que los alemanes están como están y nosotros estamos como estamos, los españoles expulsados del mercado de trabajo nacional tuvieran que hacer de nuevo las maletas y aprender otra vez a ganarse allí la vida, circular en bicicleta y no escupir en la calle. Vente a Alemania, Pepe, cuarenta años después.

Las malas noticias no vienen solas, ya digo. En Bruselas se confirmaron ayer temores alimentados desde hace años: cuando acabe el actual periodo de la política de cohesión de la Unión Europea (2007-2013, pasado mañana mismo), Andalucía, Castilla-La Mancha y Galicia perderán su derecho a recibir los fondos de convergencia regional. El motivo es que su nivel de renta ya supera el 75% de la renta media comunitaria, que es el tope por debajo del cual se podrían beneficiar de esta inyección financiera tan notable (35.000 millones de euros para España en la etapa mencionada). Si bien se mira, la noticia es en realidad buena: es el propio progreso de estos territorios el que hace que ya no necesiten tales ayudas. Seguro que todas estas comunidades hubieran preferido ser como Renania y ayudar a otros en vez de ser ayudados.

Pero, bueno, el caso es que desde 2014 Andalucía no dispondrá de unos fondos extra que tanto contribuyeron a su crecimiento.

TIENE derecho a hacerlo y además es legal, la Constitución da al Gobierno la capacidad de vetar las iniciativas que considere oportunas; pero el abuso del veto por parte del Gobierno Zapatero es absolutamente exagerado si se compara con los gobernantes anteriores, como recuerda constantemente el PP. Felipe González no llegó ni a la decena de vetos durante sus catorce años de mandato, Aznar no hizo uso de esa atribución ni una sola vez y Zapatero se acerca ya a los ochenta en los seis años que lleva en Moncloa.

Lo hace ahora, además, en un campo muy delicado, el de las pensiones. Se saltó primero el Pacto de Toledo para anunciar la congelación de las pensiones, y después vetó las enmiendas presentadas en las Cortes contra esa decisión. Enmiendas presentadas por todos los grupos parlamentarios excepto aquellos que han negociado el apoyo a los presupuestos a cambio de prebendas: PNV y Coalición Canaria.

El presidente ha pronunciado un encendido discurso defendiendo su derecho a vetar las enmiendas con el argumento de que lo ha hecho por responsabilidad y acusando a Rajoy y al PP de demagogia y de querer "barra libre" para el déficit. Hombre, no. Quien ha hecho uso de la barra libre desde que se inició la crisis económica más grave que se recuerda en España ha sido Zapatero, que ha tirado del erario público para tapar los agujeros que ha provocado su falta de medidas eficaces y que se ha sacado de la manga una serie de iniciativas que todos los expertos, incluidos los que trabajan en el Gobierno, consideraron equivocadas. Equivocadas porque no solucionaban el principal problema que tienen en este momento los españoles, el paro, y equivocadas porque suponían un gasto desorbitado cuando lo que tocaba era reducir el déficit. ¿O es que el plan E ha cumplido su objetivo? ¿O es que los 400 euros de reducción en el IRPF han suavizado la situación crítica de los parados? ¿O es que se ha podido mantener el cheque bebé como pretendía Zapatero?

Cuando PP, Izquierda Unida, CiU y los partidos del Grupo Mixto se ponen de acuerdo en presentar enmiendas a unas propuestas del Gobierno se hace evidente que esa propuesta está equivocada, necesita ser replanteada y probablemente corregida. Empecinarse en el error es fatal para el Gobierno y es también fatal para el sector afectado, en este caso el de los pensionistas, los españoles que viven más en precario junto a los que llevan mucho tiempo en el paro o no logran un primer empleo. Vetar esas enmiendas es legal… pero incomprensible.

Rajoy actuará con demagogia como dice Zapatero, pero el Gobierno, con su veto, actúa con prepotencia y falta de sensibilidad.

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