Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Con el adiós de Piqué, tiro en el pie generalizado

También abandona la selección Silva, pero es éste un adiós justificado por propia ley natural

Tras el adiós de Xavi e Iniesta se han producido otros dos casi igual de dolorosos. Se va Piqué harto de incomprensiones y malos rollos con una afición que le acusó de pecados que no había cometido y se va Silva como último eslabón de aquella cadena de éxitos que se basó en el tiquitaca. Son dos ausencias que menoscabarán de forma indudable a la selección española y que dificultará el reencuentro con la senda que daba con el éxito.

Silva parece que menos, pero Piqué se halla en condiciones de rendir varios años más y hasta puede pensarse que durante más tiempo que su compañero de demarcación, Sergio Ramos. El barcelonista se halla en la cúspide de su carrera, con el camero formó la mejor pareja de centrales, pero en este caso, como en tantos otros, el españolito se ha pegado un tiro en el pie. El acoso por cuestiones que nada tienen que ver con el rendimiento en la hierba fue el desencadenante.

El hedor que desprende el independentismo catalán hace estragos en la convivencia y también extrapola sus dañinos efectos al fútbol. Y Piqué, que ha cuajado y sigue cuajando una trayectoria impecable de corto, ha sufrido el acoso de una importante facción del pueblo español, justamente la que profesa la fe madridista. Nada de lo que ha dicho Piqué y que tanto se le volvió en contra hubiese tenido importancia de no mediar el más furibundo de los Madrid-Barça.

Cuando el desencuentro era más virulento dijo que Rusia-2018 era su estación términi y lo ha cumplido. Pierde la selección nacional, que ha sido el grupo que más ha unido a un pueblo que sólo remaba al unísono en aquellos cuatro años de vino y rosas. También se va Silva, pero este adiós está más en consonancia con el calendario biológico de cada persona y en nada se parece a lo que ha impelido al catalán eso tan socorrido de ahí os quedáis, que ya estoy yo en mi casa.

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