Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Los domingos
Diego y su cuñado, Paquito, el colorado, mi padre y quien suscribe en los pies de él, como siempre en el fondo norte de Domecq. Ellos me hablaban de Benítez y Del Pozo, que del Xerez se fueron al Betis, o de Rafa Verdú, jugadores que no tuve la suerte de verles jugar.
Dieguito era mi ídolo, el de la Margara con sus filigranas, paredes o regates era capaz de levantar a la grada, todo ese genio flamenco que es capaz de transmitir en una baldosa por bulerías lo transmitía de igual manera con un balón entre sus pies. La marcha de Diego al Cádiz permitió que emergiera otra de las figuras que ha dado la cantera xerecista, Antonio Torres. Recuerdo que cuando pitaban una falta a favor del Xerez, con Torres en el campo, la celebrábamos casi como un penalti. Diego y el Choco estaban en el Cádiz, pero en el Xerez teníamos el arte de Antonio Torres. Cuando colocaba el balón con mimo para lanzarla, el estadio veía venir el gol.
Aquí hemos tenido jugadores de fútbol de primera división, internacionales, Güiza, Luna, Romero, Poyatos, Paco y Javi Peña, por supuesto el mejor de todos, Kiko Narváez y un sinfín de jugadores más, pero como me dijo un amigo, el Chacho: "A los que nos gusta el fútbol, somos capaces de pagar una entrada de un partido por ver a un solo jugador”.
En mi vida como aficionado xerecista he admirado a muchos jugadores salidos de la cantera, muchos de ellos son historia del club. Pero en mis recuerdos, particularmente tengo tres referentes. Esos tres jugadores son Dieguito de la Margara, Antonio Torres y Carlos Rodríguez 'Chicha'. Han sido futbolistas que eran capaces de sacarte un olé con solo realizar un quiebro en medio del campo, eran de esa clase de jugadores por los que pagaba gustosamente la entrada al estadio.
La vida te regala momentos inesperados. Hace más de treinta años, yo era un imberbe, paseaba por Gijón, iba a retransmitir un Sporting de Gijón contra el Cádiz. El caso es que a eso de las doce de la mañana, el partido era a las cinco de la tarde, fui a una sidrería y cuando les dije que iba a retransmitir el partido para Cádiz, las paredes estaban llenas de fotos de jugadores del Sporting, me puse a verlas y de pronto me topé con una de Antonio Torres: “Este es nuestro” le dije al tabernero y él me respondió “el jerezano pasaba por aquí de vez en cuando, era muy majo el chaval”.
Torres pasó muchas veces por los micrófonos de Onda Jerez, hemos coincidido con los Veteranos del Xerez, pero ya hacía tiempo que no coincidíamos. Hace unos días por casualidad nos encontramos y nos pusimos al día. Hablamos de fútbol, de jugadores y de aquellas faltas en Domecq, confirmándome que él escuchaba el runrún de la grada antes de tirar una falta. Al final eché un ratito inesperado y maravilloso con uno de mis ídolos xerecistas de mi infancia.
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