Artículos

Jesús Caballero Ragel

La arquitectura jerezana del siglo XIX

La Academia, hoy

24 de marzo 2009 - 01:00

EL Jerez histórico está compuesto en su mayoría de edificaciones del siglo XIX. Jerez, en este siglo, llegó a ser una de las ciudades más prósperas de España, hecho relacionado con el desarrollo del negocio vinatero. Jerez se convierte en una ciudad industrial y un centro mercantil de primer orden.

Este desarrollo se tradujo evidentemente en un alto desarrollo arquitectónico y urbanístico. Jerez se remodela casi por completo en su caserío urbano, siguiendo las normas de la arquitectura academicista enseñada en las Academias de Bellas Artes. Jerez se moderniza acorde con las ideas urbanísticas racionales de su tiempo. Las calles se hacen rectas, conllevado numerosos cambios de fachadas de edificios, que avanzan o se retranquean amoldándose a la línea recta que deben seguir ahora las nuevas calles. Toda la ciudad se pavimenta y se canalizan las aguas, aumentando así el nivel de higiene necesario para una mejora de la calidad de vida. Se crean nuevos equipamientos públicos demandados por la ciudad.

La arquitectura jerezana del XIX seguirá los patrones que se siguen en el resto de España, predominando la arquitectura academicista. Esta arquitectura se basa en la línea recta, en la iluminación y ventilación de los espacios interiores, es la escasa decoración de las fachadas, en la simetría de los vanos, en la elegancia clásica. La arquitectura bodeguera seguirá un patrón diferente, y dejará su sello particular en la ciudad. El historicismo arquitectónico será escaso, con algunos ejemplos neomudéjares, neogóticos y alhambristas. Existirán pocos, pero muy significativos ejemplos de la arquitectura del hierro, realizado por ingenieros y arquitectos. A final de siglo, el eclecticismo arquitectónico será más evidente, mezclando el academicismo arquitectónico con una mayor decoración neobarroca de las fachadas.

En esta remodelación completa de la ciudad van a trabajar arquitectos, maestros de obras y aparejadores muy cualificados que nos van a legar una ciudad nueva, elegante y habitable. La mayoría de estos artistas son hoy desconocidos para el gran público. Entre los arquitectos, me centraré en la labor que desarrollaron en Jerez Balbino Marrón y Ranero, José de la Coba y Mellado, José San Martín, Valentín Domínguez, José Esteve y López, Elías Gallego y Díaz, Manuel García del Álamo y Francisco Hernández Rubio. Entre los maestros de obra titulados, cuya labor no desmerece para nada la labor de los arquitectos, hablaré de los edificios que nos legaron Francisco de Paula Soto, Juan de Bustos, Agustín García Ruiz, Diego Filguera, Juan de Dios Manchorro, Lutgardo Ruiz, Antonio de la Barrera y Gamboa, Miguel palacios Guillén, etc.

A pesar de que Jerez posee un centro histórico de edificios construidos mayoritariamente en el siglo XIX, sólo conservamos hoy la mitad de lo que realmente se construyó. Lamentablemente, los jerezanos no hemos valorado suficientemente la ciudad decimonónica. Con mi conferencia de hoy en la Academia de San Dionisio, pretendo poner en valor lo que nos queda de nuestra arquitectura decimonónica para que los jerezanos conozcamos mejor y defendamos el rico patrimonio arquitectónico que poseemos, hoy más que nunca en serio peligro.

stats