Calmaremos el síndrome de abstinencia con esta final a cuatro de la Liga de Naciones que arranca hoy en Rotterdam entre los anfitriones y Croacia. Menos da una piedra a la espera de que mañana pueda España repetir con Italia la faena de hace dos años en San Siro. Fue en la gran noche de Ferrán Torres que con su doblete llevó a los nuestros a una final que luego se perdería por culpa de un gol de Mbappé en fuera de juego.

Nuevamente Italia en el camino y será mañana en la localidad holandesa de Enschede, justamente en el campo del Twente. Mientras tanto, la actualidad futbolística vuelve a centrarse en Mbappé gracias a su decisión de no renovar por el PSG. Dato éste que ha puesto a carburar a la hagiografía madridista no repuesta aún de la osadía de Benzema de irse del Realísimo. Y ahí vamos a tener Mbappé para rato, pues tras el fichaje vendrá la campaña por adjudicarle el Balón de Oro.

Pero es que incluso con un futbolista de más bajo perfil como el del lateral zurdo del Rayo, sólo ha sido ser presentado por Florentino Pérez y de forma inmediata es llamado por Luis de la Fuente. Es un caso similar al ocurrido con Luis del Sol en la primavera de 1960. Harto de hacer milagros en el Betis, su debut con la absoluta no ocurrió hasta que lo fichó Bernabéu. Era la primera convocatoria de aquel gran madridista que fue Pedro Escartín, justo para un España-Inglaterra.

Pues ídem de lienzo con el susodicho Fran García, presentado por la mañana y convocado por la tarde. Pasa el tiempo y no lo parece, ya que los hábitos se repiten y casi siempre en la misma dirección. Afortunadamente, esta Final Four nos permite hacer un paréntesis en los asuntos de márketing para poner la atención en uno de esos España-Italia que tan buenas sensaciones suelen emitir. Afortunadamente, con el balón rodando es más placentero el paso de los días.