Basura en la tele pública

La esquina

18 de mayo 2025 - 03:08

Más de 130 ex trabajadores de Radiotelevisión Española –muchos, de la época dorada de la empresa– han denunciado el perjuicio que a la imagen de la televisión pública le produce la emisión del programa La familia de la tele. Ya saben, el de Belén Esteban, María Patiño y otros agentes activos de la telebasura.

Cuando estos presentadores, contertulios, chismosos y famosetes fueron arrojados de su paraíso en Telecinco ni se imaginaban que iban a ser recogidos por TVE para su programación de sobremesa y tarde. Para hacer la única televisión que saben hacer, y muy bien: chabacana, vulgar, morbosa, cotilla... Salvo excepciones puntuales, una montaña de naderías.

Llegaron allí de la mano del nuevo director general de RTVE, José Pablo López, lógicamente preocupado porque la televisión más cara de España, que pagan todos lo españoles, solamente sea seguida por el diez por ciento de los españoles. Lo que pasa es que para ganar audiencia ha pervertido la naturaleza de una empresa cuya existencia sólo se justifica si cumple con los objetivos de servicio público que establece su ley orgánica. Allí se enumeran hasta veinte objetivos, pero ninguno es la emisión de una telebasura que degrada, embrutece y anestesia al espectador. Quizás López, con buena intención, busca un éxito que justifique su sustanciosa retribución (gana casi el doble que el presidente del Gobierno), pero si es así lo busca mediante un instrumento tóxico y nada lícito. Encima, le ha salido mal. La familia delatele tiene una audiencia aún inferior a la media de la cadena. El programa es malo, dañino para la salud intelectual del país y carísimo en función de la poca gente que lo ve.

Ahora bien, menos responsabilidad en esta tropelía televisiva encuentro yo en el director general que la ha perpetrado que en los flamantes consejeros de RTVE elegidos por el Parlamento que la consienten y apoyan. Son quince –incluyendo al propio director–, designados a propuesta de PSOE, PP, Sumar, Podemos, PNV, ERC y Junts, y su misión es velar por que las producciones del Ente se ajusten estrictamente a los criterios de servicio público.

En general simpatizan con, o militan en, los partidos que los han designado, pero presentan currículos profesionales de los que cabría esperar cierta aversión a la telebasura. No se nota. Belén Esteban dice que se quiere ir del programa. ¿No sería irónico mientras los consejeros callan?

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