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Sánchez afirma que “no vamos a aceptar amenazas ni chantajes”, refiriéndose a Ábalos, su estrecho colaborador y sostén en los días del Peugeot, en alegre camaradería con Cerdán y Koldo. Debía conocerlo a la perfección tras tantos kilómetros recorridos y aventuras vividas. Y apreciarlo mucho para nombrarlo portavoz socialista, secretario de Organización del partido, ministro e, incluso después de sacarlo del Gobierno en julio de 2021, presidente de la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados y para meterlo en 2023 en las listas como diputado por Valencia, condición que mantiene en la cárcel.
Pero resulta que la naturaleza humana es tan compleja y las relaciones personales tan sinuosas y propensas al engaño, que tantas horas y horas de convivencia en el reducido espacio de un coche, en casas de militantes y en actos por toda España; y tantas horas de estrecha colaboración en el partido del que fue secretario de Organización y en el Gobierno del que fue ministro, no bastan para que una persona conozca a otra. “Una cosa es que tuviera una confianza política en él y otra cosa es que, desde el punto de vista personal, era un gran desconocido para mí”, ha dicho Sánchez de Ábalos. Abriendo con ello cuestiones de gran finura e interés psicológico y político. ¿Cómo se puede confiar políticamente de forma tan plena en quien a la vez es un gran desconocido desde el punto de vista personal? ¿Con qué bisturí se separa la naturaleza política en la que se confía de la personal que se desconoce? ¿Cómo se puede ocultar tan perfectamente y a lo largo de tantas horas de estrecha convivencia una personalidad? Lo de “desde el punto de vista personal, era un gran desconocido para mí” es una frase para la historia del borrado, la negación y el ponerse de perfil.
Nada nuevo en la trayectoria de Sánchez, que ha definido su relación con Koldo, otro del cuarteto del Peugeot y custodio de sus avales en las primarias, como “anecdótica”. Todo es posible cuando se trata de quien le dice a Ábalos (y a los otros) “no vamos a aceptar amenazas ni chantajes”, a la vez que se somete al de Junts asumiendo y rectificando “incumplimientos y retrasos” en la aplicación de lo acordado con ellos y esperando que Puigdemont “pueda volver pronto” a Cataluña y “ejercer en plenitud sus derechos políticos”. Ole.
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