Derrotismo patrio

Sobre el gusto de saborear el fracaso de antemano

01 de septiembre 2025 - 05:15

UNA cosa es el análisis de datos, hoy convertido en ciencia estadística avanzada que nos permite predecir situaciones futuras en diferentes campos con bastante precisión, y otra bien distinta es regodearnos de un más que probable descalabro nuestro o de nuestro equipo.

Que la actual selección española de baloncesto masculino va a fracasar en el Eurobasket que se está disputando en estas fechas, a la luz de los datos, es bastante factible. Cuenta con jugadores muy jóvenes, debutantes en la absoluta, sin bagaje en las grandes ligas profesionales. Al mismo tiempo cuenta con algunos jugadores con experiencia, pero que no llegan al nivel de los mejores jugadores europeos, encima la preparación previa a este Campeonato de Europa ha estado marcada por las lesiones. En fin, que la selección española, por cierto defensora del título, tiene todas las papeletas para naufragar estrepitosamente en este torneo.

Tras la estrepitosa derrota y la mala imagen ofrecida en el primer partido del europeo ante Georgia, he podido leer y escuchar críticas feroces hacia el equipo español. Críticas, dicho sea de paso, apoyadas en los datos y sensaciones que emanaron del partido, pero que fueron en ocasiones mucho más allá porque por momentos parecían regodearse en lo que queda por ver, es decir muchas de esas críticas parecen disfrutar de un fracaso que presumiblemente está por llegar.

Eso es lo que me molesta de esta actitud patria más común de lo que a veces nos cuesta reconocer. A esta selección española se le conoce como la Familia que nace bajo la alargada sombra de los júniors de oro, con Pau Gasol y Juan Carlos Navarro como principales referentes. En lo que llevamos de siglo XXI, la absoluta de baloncesto ha ido avanzando de éxito en éxito y de vez en cuando ha tenido algún que otro traspiés. Pero sobre todo, el mayor de los éxitos de la Familia ha sido el de forjar una cultura, un modelo de competir, de convivir, basado en unos valores orientados a anteponer el interés del grupo, por encima de cualquier ego individual. Desde 2001 hasta 2022 se han disputado diez europeos, en todos ellos nuestra selección ha quedado entres los tres mejores del torneo salvo en el Europeo de 2005 que quedó fuera de las medallas. Es más, la Familia se ha alzado con cuatro títulos de campeón de Europa, 2009, 2011, 2015 y 2022.

En el segundo partido de grupo España se reencontró con la victoria, lo que demuestra que el espíritu de lucha y superación forman parte del ADN de nuestra selección, pero ante el derrotismo generalizado, yo me quedo con unas palabras de Sergio Scariolo: "Hay un futuro brillante para el baloncesto español. Hay muchos jugadores que están a muy poco de explotar y dar el último salto a la madurez". Siendo esta una observación que trasciende el presente, donde casi con toda seguridad no haremos un gran campeonato, poniendo de manifiesto el camino que va seguir esta selección. Termino con una frase que me dijo hace unos días un buen amigo "¡Ay qué pena me da el derrotismo!".

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