El pasado año, el mundo flamenco conmemoró los veinticinco años de la desaparición del cantaor José Monge Cruz, Camarón de la Isla. Fue, no cabe duda, un regreso especial debido a la efeméride (congreso, conciertos…), pero uno más de los que se han venido sucediendo desde su desaparición. Para volver a Camarón, siempre parece existir una buena razón, y él sigue ahí, imperturbable, dispuesto a recibirnos desde el legado que nos dejó, que se muestra de un sólido e imperecedero carácter, resistente al paso del tiempo. El penúltimo regreso del artista lo tienen en los cines: la película Camarón. Flamenco y Revolución, un documental dirigido por el cineasta algecireño, residente en Los Ángeles, Alexis Morante, con guión de Raúl Santos y la lujosa y personalísima narración del actor Juan Diego. Ni qué decir tiene que escribo esto para recomendarles que se acerquen a verla (Yelmo Cines). No se arrepentirán. Se trata de un trabajo de gran nivel, con un tratamiento imaginativo y riguroso de un ingente material sobre el cantaor, que, en muchos casos, es inédito y, si no lo es, está tratado de una forma ingeniosa y novedosa (los nuevos recursos digitales…). Nos encontramos con un repaso detallado de la carrera artística y de la delicada peripecia vital del cantaor, que se aborda sin tapujos y, a la vez, de forma delicada. Con un notable grado de arrojo, no se desdeñan aspectos que podrían resultar espinosos, pero sin los que el retrato del artista quedaría incompleto. El film tiene, además, una fuerte carga emotiva que, por momentos, impacta en el espectador provocando inesperadas emociones. Se puede estar más o menos de acuerdo con la inclusión o ausencia de algún que otro aspecto, pero el resultado final le otorga a la obra un carácter de imprescindible y confirma, de paso, el fuerte carácter icónico del universal artista de La Isla.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios