La huelga y la lechuga

MALO, malo. Eso está muy feo. Pero que muy mal, Zapaterín. El mundo al revés, la tortilla que da la vuelta y la gente que cambia y ya no es la de antes, ayer jipi y hoy cura, la inocencia perdida... A Rajoy, a Marianín, el diálogo le sale ahora por los cuatro costados. El talante, la democracia, la igualdad, los grandes valores. A Zapatero, en cambio, se le ha olvidado el talante, su gran talante, y hasta qué cosa es la tolerancia. Le está saliendo bigotito, se pierde por una foto en las Azores con un presidente blanco, y aspira a reconquistar Perejil. ¿Dónde quedó el talante? ¿Dónde el Zapatero obrero y progre? ¿Y el diálogo, dónde? Fíjense ustedes. Ha ordenado a los suyos que tolerancia cero con los transportistas en huelga. Tolerancia cero. Y más tolerancia cero. Y erre que erre. A ver, Zapaterín: abre el libro y lee la página doce: ¿la tolerancia no es siempre buena? ¿Qué van a decir los grupos gueis que te votan? Esas cosas, Zapaterín, son un poco derechonas, bastante Zaplanas y demasiado Valle de los Caídos. ¿No sabes que mamá De la Vega te puede reprender? Verás que vas a repetir curso y no vas a aprobar Educación para la Ciudadanía, al final era una asignatura necesaria y me equivoqué. Si Marianín fuera presidente del Gobierno, y hubiera salido de su boca lo de tolerancia cero con los huelguistas, España se derrumba, franquistas, nazis, dictadores pinochetistas y otras perlas al uso. Al final, lo de tolerancia cero sólo puede decirlo la izquierda, y sobre todo Zapatero, que es el del talante. La derecha, no.

Entretanto, ha nacido un nuevo concepto de interés general. El ministro del Interior se lo ha inventado, en un rato, así, con golpe en la mesa, y él feliz. Desde hace unos días, interés general es que lleguen altramuces a un kiosco, que se abastezca de marcos de fotos a Ikea o que desembarquen bañadores jaguayanos en Zara hombres. Uno no termina de aclararse con estas cuestiones. ¿Es interés general una lechuga? ¿Es interés general el chorizo de cantimpalo? ¿Y una tortilla de patatas congelada? ¿Y un artículo del sex chop? ¿Y las latas de fabada asturiana? ¿Y dos kiwis bien hermosos? Bien pensado, habiendo trenes, y paseos mañaneros, y autobuses eléctricos, y tranvías la mar de monos y la mar de nuevos, hasta el desabastecimiento de gasolina es una medida ecológica y de cuerpo sano y mente sana, muy de izquierdas -un día sin coche de más de veinticuatro horas. El ministro del Interior debe saber que, hasta que la miembra del gobierno y ministra de igualdada no lo exija a la Reala Academia de la Lengua, el consumismo, que se sepa, no será sinónimo de interés general. Con agua, pan, luz, arroz y un poco de avecrem, se pasó la posguerra y no pasa nada, y viven hoy día los chinos y pedalean la mar de bien.

No se deben inventar conceptos de interés general para restringir el derecho de huelga. Menos aún hablar de tolerancia cero con los transportistas. Más dominio de la lengua, que diría Guerra a la joven Bibiana, que hablar de tolerancia cero es como hablar de matrimonios gueis. Una huelga justa, como la de los transportistas, debe poner en jaque la vida diaria. Con los impuestos que gravan la gasolina, no se entiende que el españolito de a pie no se haya levantado también en huelga. Sarkozý, el marido de la Bruni, propuso eliminar temporalmente el IVA los carburantes, y no se ha escuchado una sola voz a favor en el Gobierno español. Las huelgas laigt, políticamente correctas, no sirven absolutamente para nada. Mi apoyo (moral), camaradas.