Jerez íntimo

Marco Antonio Velo

marcoantoniovelo@gmail.com

Nace la jerezana Carmen del Rocío

La guapísima Carmen del Rocío, en brazos de su padre, nació el pasado lunes de Pentecostés.

La guapísima Carmen del Rocío, en brazos de su padre, nació el pasado lunes de Pentecostés.

Pienso y repienso en mi buen amigo Fran. Léase Francisco José Guillén de la Cruz, presidente seglar de la agrupación parroquial Nuestro Padre Jesús de la Humildad -sita en Barbadillo-. Durante estos días no hemos bajado un ápice la guardia de nuestro contacto. De nuestra comunicación diaria, que va hilando las horas con la miel de la expectación, de la incertidumbre, de la cuenta atrás, del contrarreloj. Porque se avecinaba un alegrón de aúpa. Fran es un cristiano de ley. En su comportamiento veo espejadas reflexiones de san Juan de la Cruz: “El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa” y san Juan Pablo II: “La humanidad tiene la necesidad imperiosa del testimonio de jóvenes libres y valientes”. Fran expulsa cualquier tiniebla exterior con la sencillez -¡qué término, sencillez, más pemaniano!- de su quehacer cotidiano: que son obras y no hueras razones. En Jerez es queridísimo porque su nobleza rebrota contagiosa, para bono y abono de sus seres más allegados. Yo me encuentro entre los elegidos -gratias Deo-. Aunque ya antaño nos conocíamos de vista, la amistad se ha acentuado durante las últimas temporadas a tenor de su excelencia profesional -que la borda-. Un plato de ensaladilla de gambas, media de gallo empanado y el salmón con salsa holandesa ejercen de testigos directos cada dos por tres.

Anduve muy al tanto del estado de buena esperanza -qué término, Esperanza, tan murubiano- de su esposa, Raquel. La joven Raquel Trujillo González para más señas. Cada día, un parte de máxima impaciente espera. Nada hay más puro que un padre explicando al amigo las sensaciones del nerviosismo in crescendo cuando el natalicio habla con “la lengua del amor supremo”, por expresarlo con el verso del poeta pianista: Gerardo Diego. Nuestras conversaciones parecían la edición fonética de una emoción antigua regada ahora con signos de modernidad. Ser padre es un don sublime que lleva parejo otro don: el de las lágrimas derramadas. Los amigos también se forjan en el lagrimal de la lealtad. Fran y Raquel han sido padres cuando el Lunes de Pentecostés la Virgen del Rocío aún seguía derramando sus bendiciones (un fuerte abrazo para ti, Santi Padilla Díaz de la Serna). Han sido padres cogidos de la mano, como así se manifiesta el cordón umbilical de todo alumbramiento. Han sido padres de la guapísima niña Carmen del Rocío. ¿Cómo no será del Rocío si el destino se ha manifestado con señalamientos de calendario de la más universal de las romerías que ahora ha dejado muy feliz a gente -de cercanías- como Juan Manuel Bocarando o el propio siempre risueño Joaquín Vallejo?

Mi amigo Fran –en el restaurante ‘El retiro’ bien lo saben- está radiante de felicidad. Un abrazo muy fuerte para los abuelos María de los Ángeles González, María del Carmen de la Cruz Rodríguez, José Guillén Morales y Antonio Trujillo. ¡Qué grandeza y qué suerte contar con este póquer de ases como abuelos de tan bellísimo bebé, quien ha nacido a la vida en la misma ciudad donde la Faraona de España -aquella que cantara “Y así, mirando y mirando/ y así empezó mi ceguera” – también lo hiciera. Y eso ya no hay quien te lo quite, dulce Carmen del Rocío, nadie podrá arrebatarse la dicha de saberte jerezana por los cuatro costados de tu cuna -que también lo fue de aquel artista bueno como el pan recién salido del horno, que vivió abrazado a su compañera de acordes y madera, cuya flamenquería de sangre y raza fue como el súmmum de un mundo imaginario para dejar frases tersas como un mármol recién abrillantado: “Siempre llevo el soniquete metido en los bolsillos”: Manuel Moreno Junquera, Moraíto Chico, tú, que estás en el cielo-.

Al también amigo de años Benjamín Ruiz -gerente del grupo Clínicas Beiman- le he escuchado varias veces citar el aserto y el acierto del gran Rabindranath Tagore: “Cada niño, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios no ha perdido aún la esperanza en los hombres”. El hombre, qué término tan de Julián Marías, ¿verdad que sí, abogado Manuel Pareja? Demos gracias al Señor por la venida a su Jerez natal de la pequeña Carmen del Rocío, ese lucero de mirada abierta como una luz de plata y poesía.

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