tribuna libre

Fátima Ruiz / De Lassaleta

Una leyenda viva, Moraíto chico

AYER se dijo casi todo en estas páginas. Desde la Editorial, no podía ser de otra manera, hasta los grandes de la pluma especializada: Ríos Ruiz, de la Plata, Núñez. Hoy tal vez les recuerden otros conmigo aquí mismo, yo solo puedo aportar mi conocimiento de los primeros años artísticos de don Manuel Moreno 'Moraíto Chico' en los años setenta del siglo pasado cuando su padre Juan Morao me avisó por teléfono de que aquella noche iban a ir al Flamenco de la Bodega: "También los niños, Moraíto y su primo" el hijo de Manuel Morao.

Fue pues su vocación a la guitarra, la de un artista que traía la música, el compás y el 'ange' en su sangre. Y también la de un aprendiz de maestros e hijo y sobrino destacado, que supo aprovechar durante aquella primera década que yo le vi cada quincena en la Bodega - pues la promoción exterior del jerez y del brandy estaba en su apogeo- la enseñanza sabia de sus mayores. Oía con su hermosa mirada, prematuramente ya mirando al cielo, los compases de calentamiento que marcaban su tío y su padre, con la misma media sonrisa complaciente que cuando, el recordado Juan llegaba a su momento mas inspirado y entonaba: "¡Ay Bárbara…!". Y luego ya brilló con luz propia por casi cuatro décadas, trasmitiendo a su vez su arte a su propio hijo.

Le escuchamos muchas noches, entre andanas de botas y pilares de piedra, acompañando, ya tan joven, a Fernando Terremoto, padre, lo que era el no va mas. Tocando para un José Mercé, tan adolescente, que parecía pedir permiso con su mirada azul para deleitarnos con sus primeros éxitos. De ahí esa amistad que les unió hasta ayer y que se mantendrá en el recuerdo y en las grabaciones, eternamente. Moraíto ya no irá personalmente el próximo 24 de diciembre a la fiesta de la pescadería de la calle Barrera. La calle Nueva y todo Santiago esta de luto riguroso por su muerte. Más también lo está San Miguel y La Plazuela. Como lo estaba, ayer mañana, de los Lara, Vicente Molleja, que me dice que tan grande como artista lo era Moraíto como persona. Su Paquera admirada y La Tía Mini y su hija La Tía Maora y Antonia Gómez Junquera Potonca, seguro que le esperaban con un pucherito hecho allí arriba, pues el niño ha estado malito, tanto tiempo…

Su madre Teresa, de mirada y corazón tan limpio, reciba para todos los suyos mi mayor condolencia y la de mis hermanas que la conocían. Jerez, Cádiz y los Puertos, Sevilla, Alcalá, Utrera y Lebrija, han perdido a un Genio bueno.

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