Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

De parque temático a camping

Parece mentira pero hace ya 32 años, que se dice pronto, del proyecto de un parque temático en la zona de Los Garciagos, junto al Circuito, que acabó como el rosario de la aurora. En aquel Jerez de 1989, en pleno auge de la figura política de Pedro Pacheco y con una oferta turística aún por construir, se anunciaba un proyecto faraónico de la mano de empresarios norteamericanos y socios locales con el nombre de 'Sherryworld', que a los más jóvenes ni siquiera sonará y a los mayores les traerá nefastos recuerdos. La firme oposición de los parcelistas de la zona, las zancadillas de una Junta de Andalucía enfrentada a Pacheco y la poca solvencia de los inversores estadounidenses acabaron con 'Sherryworld', que se trasladaría a Lebrija con idéntico resultado, y dieron paso a otro proyecto de parque temático fallido, 'Speed Festival' donde ahora está Luz Shopping. Desde que a mediados de los noventa del pasado siglo, con 'desfile' del ex alcalde y otros concejales por el TSJA de Granada, se dio carpetazo definitivo a una idea que sí cristalizó en otras zonas de España por la fiebre de los parques y resorts, la zona aledaña al Circuito apenas si ha experimentado más cambios que la llegada de una necesaria autovía hasta Arcos y la construcción del complejo de Montecastillo. Se ha hablado de muchos proyectos pero ninguno ha cuajado, incluso el deseado Centro del Motor. La inmensa explanada se llena una vez al año de motos (esperemos que en 2022 sea así de nuevo) y poco más. Jaramagos por doquier.

Los tiempos han cambiado, como los gustos de los visitantes y la propia manera de hacer y organizar el turismo. Y ahora se piensa para esta zona un camping. Pero no un camping cualquiera, sino uno muy grande, de treinta hectáreas por lo menos, que son 300.000 metros cuadrados, y por supuesto de gran lujo, que es lo que se lleva ahora. Esta matización es importante, pues en Jerez, donde no hay un camping siquiera barato, siempre ha habido mucha reticencia sectorial y oficial a este tipo de instalaciones al entender que aportan poca riqueza a la ciudad y generan competencia que puede dañar a los hoteles, además de otras cuestiones asociadas a la imagen. Pero, como decíamos, los tiempos han cambiado y los camping tampoco son lo que eran ni los perfiles de sus nuevos usuarios son los mismos. Además, la pandemia del coronavirus no ha hecho sino crecer el interés por el turismo al aire libre y el uso de las autocaravanas (imposible encontrar una este pasado verano). La cuestión es saber, primero, si esta inversión en un camping 'high class' (en inglés suena más importante) que se calcula en unos 15 millones de euros va a llegar a producirse algún día, que experiencia hay desde los tiempos de 'Sherryworld'. Y segundo, si su construcción servirá para sumar a un sector, el del turismo, que ha vivido una de sus mejores temporadas este pasado verano a pesar de las limitaciones de la pandemia. Lo que ya ha quedado claro es que Jerez, sin parque de atracciones, sigue atrayendo interés. Aunque Aena no se entere.

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