Pemán y Alberti

Su propio afán

El principal problema de ponerle a un puente “Rafael Alberti” es que no se lo ponen del todo por ser poeta

04 de agosto 2025 - 08:12

NI en lo íntimo personal ni en lo literario tengo nada contra Alberti. Lo traté bastante y guardo suficientes anécdotas divertidas de él como para amenizar una sobremesa. Nos regaló a la familia dedicatorias entrañables y cuadros de colores bien bonitos. En la literatura, más. Ha sido una influencia constante y –espero– sonante en mis libros. Así que no estoy enconado contra el hecho de que le cambien el nombre al Puente José León de Carranza y le calcen un “Rafael Alberti”.

Pero estoy en contra políticamente. Porque los nombres, de Almudena Grandes en adelante, siempre caen del mismo lado ideológico, y eso es fatal. No el nombre de Alberti, sino la intención de Sumar y del Gobierno. Puente, el ministro, nombrando al puente, la infraestructura, puentea la independencia y la neutralidad que se le suponen al Estado de todos. Al Ayuntamiento de Cádiz –que no ha tenido tiempo de revertir las medidas de Kichi contra Pemán y de devolverle su placa a su casa natal– le ha faltado tiempo para decir que le parece de maravilla que Puente nombre “Rafael Alberti” al puente. Ha perdido una oportunidad de oro de decirle al ministro que mejor se ocupe de las conexiones ferroviarias de la provincia, tan malas y empeorando.

En el PP no han leído a Gramsci, ni siquiera como yo, en resúmenes, y no saben que esto no va de poner al puente “Rafael Alberti” por las cositas tan bonitas que escribió sobre la mar de Cádiz. Es la hegemonía cultural, estúpidos (sin ánimos de faltar, sino por parafrasear a Bill Clinton, que eso les sonará bien).

Como este artículo se publica en agosto en todos los periódicos del Grupo Joly, habíamos quedado en que sus temas no iban a ser demasiado provinciales. ¿Que yo me ponga a hablar del nombre de un puente entre Puerto Real y Cádiz no es muy local? No, porque estoy hablando, compungido, de cómo el PP se deja comer la tostada de la batalla cultural una y otra vez. Es incapaz de reponer la placa que le quitaron a Pemán en su ciudad y que prometió que pondría enseguida.

Y es capaz de decir que le place que, sin consultar con la ciudadanía ni con el Ayuntamiento de Cádiz ni con nadie de aquí, le quiten el nombre del puente al alcalde, todo lo franquista que se quiera, que lo construyó, además de casi 9.000 viviendas, la gran mayoría de protección oficial. Y que se lo pongan a un señor, todo lo buen poeta que con frecuencia era, pero que fue un contumaz comunista, cantor del padre Stalin. Y por eso se lo ponen, y en el PP les parece muy bien, y así seguimos.

stats