Crónica personal

Pilar Cernuda

El peor escenario para la huelga

29 de marzo 2012 - 06:47

NO le podían ir peor las cosas a Mariano Rajoy a la hora de encarar una huelga general, convocada antes de que cumpliera sus primeros cien días de gobierno.

El presidente no levanta cabeza desde el pasado domingo. Primero, con el fracaso andaluz que su gente se empeña en considerar un triunfo histórico aunque no han conseguido lo que consideraban seguro, el Gobierno para Javier Arenas. Y segundo, se les han cerrado también las puertas en Asturias, donde los emigrantes han dado finalmente el escaño definitivo al PSOE y queda en manos de UPyD el nuevo Gobierno. Rosa Díez tiene en su mano dárselo a Javier Fernández o a Francisco Álvarez-Cascos, y si se inclina hacia Fernández, ya puede olvidarse el PP de un gobierno en coalición con el Foro de su antiguo secretario general, lo que convertiría el 25-M en la fecha en que el PP perdió los gobiernos de Andalucía y Asturias y dio a Pérez Rubalcaba el balón de oxígeno que necesitaba como el comer.

En ese escenario tan poco afortunado para el PP, que se presentaba espléndido hace apenas cuatro días, transcurre la huelga general. Con unos sindicatos absolutamente crecidos porque es indudable que el resultado andaluz tiene mucho que ver con su convocatoria de huelga y su campaña de desprestigio de la reforma laboral, que han presentado como un proyecto que abarata el despido, actúa contra los derechos de los trabajadores y generará más desempleo. Argumentos que a fuerza de repetirlos han calado en un alto porcentaje de la opinión pública incluida la de un sector importante del PP, la prueba es que el PP se ha quedado a mitad de camino en Andalucía ante el número considerable de votantes se quedaron en casa porque compraron los argumentos que vendían los sindicatos, no los socialistas. Y los sindicatos, que saben mejor que nadie que Rubalcaba les debe una tras el 25-M, o mejor dicho dos, encaran el 29-M crecidos, envalentonados, pisando fuerte y convencidos de que pueden provocar la reforma de la reforma electoral. No conocen a Rajoy: el día de hoy lo vivirá con amargura, pero no es de los que se arrugan ante una huelga general aunque tenga un seguimiento superior al esperado.

El balance de hoy se conocerá bien entrado el día, pero de momento se puede adivinar que la huelga va a tener un seguimiento importante, por la actuación de los piquetes, que nunca es precisamente pacífica, y porque el alcance de la reforma no ha sido bien explicada y ha dejado toda la cancha a los sindicatos y al PSOE. Para Rajoy y su equipo será un día complicado. Pero, conociendo al presidente, se puede dar por seguro que no va a ceder ni un milímetro se pongan como se pongan Comisiones y UGT. Ni siquiera sabiendo que el resultado andaluz ha tenido mucho que ver con la reforma laboral.

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