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España no es un estado fallido, afortunadamente. Pero durante más de 72 horas los afectados padecieron una Generalitat valenciana fallida, un Gobierno de España fallido y una oposición fallida. Lo que es lo mismo, por poner los nombres propios de los máximos responsables, un Mazón fallido, un Sánchez fallido y un Feijóo fallido. Las responsabilidades directas de la Generalitat y Mazón, y del Gobierno y Sánchez, son más graves que las de la oposición del PP y Feijóo por tener en sus manos los mecanismos de prevención y respuesta a la catástrofe. Pero los tres –Mazón, Sánchez y Feijóo– representaron la mezquina debilidad política que padecemos, la incapacidad para prever con responsabilidad (Generalitat) y para responder con prontitud (Generalitat y Gobierno de España) socorriendo a los miles de afectados que no “se sintieron” desamparados, lo que sería una percepción subjetiva, sino que lo estuvieron.
Lo que siguió y sigue es de vergüenza. Lo que cabe esperarse de esta tropa tras tantas víctimas, tantos desaparecidos (cuyo número, aunque sea aproximado, ninguna autoridad facilita) y tantas carencias. En ningún país europeo que hubiera sufrido una tragedia de esta magnitud –que exige unión– se leerían titulares tan vergonzosos como estos de ayer: “Robles y Díaz cargan ante el Rey contra Mazón”, “Mazón sale al ataque para exculparse mientras Feijóo lo desautoriza”, “Estupor en el Estado Mayor de la Defensa tras apartar Robles al Jemad de la crisis”, “El Gobierno no decreta la emergencia nacional pese al mayor desastre natural en la historia reciente”, “Feijóo pide que el Gobierno asuma la gestión de la DANA mientras Mazón se resiste a ceder las competencias”, “La extrema derecha se lanza a capitalizar la tragedia de Valencia”, “Los abogados del Estado lo tienen claro: La competencia de la catástrofe es de Sánchez”, “Fuentes gubernamentales descartan asumir el mando y muestran malestar con Zarzuela”, “Mazón carga contra el Gobierno y Feijóo pide que Marlaska tome el mando”. Entreténganse en averiguar la línea editorial del periódico al que cada titular corresponde.
En el día a día se puede ir tirando, mejor o peor, pese a tan mediocres y egoístas gestores de la cosa pública. Pero ante una catástrofe con tan trágicas pérdidas humanas y tan graves consecuencias materiales se evidencia con crudeza su miserabilidad al utilizarla como arma en sus luchas partidistas.
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