Vox, un estado de ánimo

08 de diciembre 2025 - 03:07

Si se terminan confirmando los pronósticos de las encuestas y la impresión que existe entre los políticos, Vox puede convertirse en el árbitro de la política andaluza tras las elecciones que se celebrarán en algún momento del primer semestre del año que ya está aquí. Si finalmente el partido de extrema derecha rompe la mayoría absoluta de Juanma Moreno, no será por lo mucho y bien que ha fiscalizado la acción del Gobierno andaluz en estos cuatro años, ni por las propuestas interesantes que le haya presentado a los electores en materia sanitaria, educativa o cualquier otra. Para Vox, Andalucía no deja de ser un instrumento administrativo de poder y solo le interesa desde ese punto de vista. Si mejora sus resultados de 2022 no será por lo mucho que se ha preocupado por la región o porque se haya encargado de construir liderazgos poderosos. Muy pocos andaluces podrían decir quién aspira por ese partido a la Presidencia de la Junta porque ahí no hay más líder que el nacional y Santiago Abascal ocupa todos los focos.

Vox está al margen del cualquier debate andaluz. El partido ultra navega en una ola de populismo que trasciende el estrecho ámbito de una comunidad autónoma. Es un fenómeno nacional, europeo y si se quiera occidental que se manifiesta con intensidad parecida en Oviedo que en Sevilla, en Praga que en Lyon o en Sacramento que en Mineápolis. Eso pasa porque Vox más que como una opción política empieza a manifestarse como un estado de ánimo. De ánimo, y de cabreo. En ello radica su principal peligro. Las siglas de la ultraderecha se están inflando alimentadas por una enorme frustración social. Eso explica que hayan dirigido a Vox su mirada los jóvenes condenados a la precariedad laboral, a sueldos de miseria y que ven la vivienda como un objetivo inalcanzable. O que se hayan refugiado bajo sus paraguas los que ven un peligro en la llegada de inmigrantes a sus barrios mientras se degrada la sanidad pública.

Abascal no tiene que hacer nada. Todos esos caladeros van a seguir creciendo porque nadie hace nada para empezar a arreglar las cosas. Vox se limitará a alimentar la hoguera del descontento y a recoger los votos. En Andalucía también.

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