La inflación se modera

La tasa de la inflación ha podido bajar del 2% por primera vez en España desde hace 27 meses. Será necesario aguardar dos semanas para confirmar si el Instituto Nacional de Estadística ratifica el dato del indicador adelantado del pasado mes de junio. Si fuera así, el país cumpliría el objetivo marcado por la Unión Europea. El crecimiento interanual de los precios en junio se situó en el 1,9%, un punto menos en comparación con el mes anterior. Con todas las precauciones, hay motivos para un cierto optimismo. Aunque todavía resulta más que prematuro deducir que se pueden dar por amortizadas las consecuencias de la pandemia y de la guerra en Ucrania. Es cierto que el conflicto bélico ha entrado en un impasse que contribuye a esa percepción. Y hay evidencias del menor impacto en carburantes y otros productos energéticos. Pero no lo es menos que los recientes acontecimientos abocan a la prudencia frente a cualquier pronóstico de futuro. Tampoco hay que desestimar ese diagnóstico de los expertos financieros que una y otra vez han insistido en que estamos inmersos en un ciclo económico con graves problemas de oferta y que impedirá en el corto plazo esa deseada estabilización del IPC. La inflación subyacente se habría reducido en dos décimas respecto al 6,1% de mayo. Es la más preocupante porque incide muy directamente en el bolsillo de los ciudadanos ya que incluye los alimentos de la llamada cesta de la compra. Afortunadamente, también se viene apreciando una contención de las alzas en el pan y los lácteos en general. No es el verano una estación muy propicia para el descenso de los precios. El turismo y el sector servicios, en general, suelen desempeñar un papel predominante en sentido opuesto. Más si se anuncian cifras récord. Pero en este caso sí nos hallaríamos ante un escenario coyuntural. Por eso, la incógnita a despejar es si esta moderación llega para quedarse y puede dejar atrás esta pesadilla.