La madurez no está reñida con una edad en concreto. Todo lo contrario, son las experiencias y vivencias que se tienen lo que le hacen madurar a una persona a lo largo de la vida. David de Arahal (2000) es uno de los músicos que viven dentro de la armonía de la madurez y la ilusión de un niño que descubre por primera vez el sonido de la guitarra.

El joven es uno de los guitarristas con más proyección que hay actualmente en el flamenco. Compone, crea, estudia y escucha sin cesar la música del arte jondo que representa perfectamente sus emociones. Las fotografías de algunos momentos de su infancia y de encuentros con maestros como Pepe Habichuela rodean el cuarto de estudio en el que el guitarrista se encierra cada día a estudiar.

Recientemente ha participado en el I Premio SGAE de Flamenco Paco de Lucía, un evento que, pese a no haber ganado, para el joven lo más importante es "haber estado en ese escenario con los grandes compañeros que hubo. Ver a ese jurado, compartir luego tiempo con todos ellos es algo que me guardo en el corazón. Las experiencias que uno tiene con maestros como Tomatito, Pepe Habichuela y el resto son vivencias únicas”.

A sus casi 22 años, el músico forma parte de la selección del programa AIEnRuta-Flamencos, un ciclo que promueve y da a conocer a algunos de los artistas con más proyección del flamenco. "Es un regalo poder estar ahí con los compañeros que han sido escogidos. Es un programa que se cuida mucho y personalmente, me produce mucha motivación y alegría. Lo importante al final es estar preparado para todo lo que venga”.

David de Arahal comenzó a tocar la guitarra a los 10 años en la escuela de música de su localidad natal. Allí recibió clases y posteriormente ha tenido la oportunidad de recibir consejos de Manolo Sanlúcar, Rafael Riqueni, Paco Cepero o José Luis Balao, con el último ha tomado clases en Jerez. "Cualquier persona puede llegar a ser un maestro en lo suyo, pero encontrarse a estos profesionales en el camino aligera mucho el aprendizaje ya que se descubren cosas que uno en solitario tardaría más tiempo”.

Conserva recuerdos de su infancia, esos en los que se escapaba al taller de carpintería que había cerca de su casa para escuchar flamenco. "Allí escuchaba las guitarras, el cante y llegaba a casa llorando de pura emoción”. Precisamente ha sido el instrumento de cuerda el que le ha perseguido toda si vida. "Mi padre me la bajó un día del armario, pero me ayudó mucho el estar en una academia. El entorno al final ayuda mucho a despertar las inquietudes".

A su temprana edad ya ha compartido cartel con artistas como Miguel Poveda, Estrella Morente, Rancapino y Jesús Méndez, experiencias que "ayudan a madurar y a tener una mayor responsabilidad con lo que hace uno. Me tomo todo con mucha naturalidad, trato de disfrutar y mantener la misma ilusión que cuando era niño”.

Confiesa que le gusta "estudiar en su cuarto todos los días" aunque señala también que "compartir con los compañeros y amigos es necesario porque al final la música y todo lo que la rodea, hace de la vida un lugar mejor”.

El flamenco le persigue por todos sus paraderos, incluso cuando un día quiere tomárselo con tranquilidad. Actualmente, con una agenda en la que aparecen varias citas importantes, sigue con la promoción de su disco 'Mar Verde', un álbum del que dice que "es una suerte poder ir presentándolo e ir componiendo a la vez nuevos temas".

Dinámico, soñador y lleno de ilusiones, David de Arahal confiesa que en el futuro le gustaría "seguir con la misma ilusión que cuando tenía 10 años y descubrí a mi mejor amiga, la guitarra".