FESTIVAL DE JEREZ

Entre lo terrenal y divino

Un instante de la representación de 'Adioses'

Un instante de la representación de 'Adioses' / Tamara Pastora

Todo festival de baile está abierto a diferentes propuestas, flamenco, danza estilizada, folclore o la danza contemporánea. Una oportunidad para que los artistas lleven a cabo sobre la escena proyectos en los que se han dejado la piel a lo largo de meses.

‘Adioses’, de Sara Jiménez, es la propuesta más diferente que se ha podido ver hasta ahora en el XXVI Festival de Jerez. Una representación en la que la danza contemporánea se torna en teatralidad con un gran trabajo de expresión corporal, musical y vocal.

A través de diferentes cuadros escénicos, Niña de Espejo, Martí Corbera y Sara Jiménez convierten sus cuerpos en el mecanismo perfecto de la expresión de la alegría, el dolor y el infinito amor al arte de la danza contemporánea.

Con un trabajo melódico y vocal de gran calidad, a través de la voz de Niña de Espejo, ‘Adioses’ es hipnótico para el espectador, que se deja llevar por una propuesta que habla de las pérdidas y la soledad. Una representación que parte de lo terrenal hasta llevarlo a un lugar mucho más universal y en el que el escenario se convierte en un paraíso infinito para los tres artistas.

Hay que decir también que no estamos ante una obra en la que sea fácil adentrarse, sobre todo para aquellas personas que esperen el dos más dos de todo espectáculo. Aquí no hay guitarras, percusión ni palmas, solamente existen los cuerpos de sus artistas como mecanismo de expresión, una labor digna de elogio sobre todo en la voz de Niña de Espejo.  

‘Adioses’ es una puesta de largo profunda de la coreógrafa Sara Jiménez, con un misterio que se desgrana a través del exquisito trabajo físico de los movimientos corporales de sus protagonistas y en la que este mismo vehículo es el mecanismo perfecto de la expresión de las emociones.

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