FESTIVAL DE JEREZ

La luminosa senda de Federico

  • El Ballet Flamenco de Andalucía representa 'El Maleficio de la Mariposa' en el Teatro Villamarta 

El Ballet Flamenco de Andalucía sobre el Villamarta

El Ballet Flamenco de Andalucía sobre el Villamarta / MANUEL ARANDA

El arte es una coherencia de expresiones, sentimientos y esplendor a través de las representaciones internas del artista. La danza es una de las más significativas y, cuando todo su esplendor converge a través de los bailes y coreografías, alcanza un éxtasis que se clava en la mirada del espectador.

'El Maleficio de la Mariposa' es el espectáculo del Ballet Flamenco de Andalucía que homenajea la figura del poeta Federico García Lorca, sus bailes y mujeres. Todo un legado de versos convertidos a través de las coreografías en una fantasía llena de emociones, de mucho ritmo y con una luminosa escenografía. Una evaluación calculada al milímetro en el que influyen notablemente la escuela bolera, el clásico español, el flamenco y los bailes regionales.

La apertura del espectáculo comenzó con 'La Cachucha' y 'Las Zambras del Sacromonte de Granada', dos representaciones que marcaron un comienzo lleno de alegría y belleza a través de la profundidad de un elenco elegantísimo. Un recuerdo a la infancia de Lorca en Granada, cargada de dramaturgia, ambientación y de una belleza exquisita.

Las voces de Sebastián Cruz y Vicente Gelo, sobradamente preparados, catapultaron a un elenco que brilló en el escenario, recordando a los cafés cantantes y la ambientación mágica de la danza contemporánea. 

Uno de los cuadros más emotivos de la noche fue la representación de la muerte del poeta y su relación de amistad con Salvador Dalí. Con un juego de luces y sombras perfecto, a través del zapateado y la emoción de un recuerdo doloroso para nuestra cultura. 

Hubo tiempo también para profundizar en la igualdad de derechos a través de las alegrías de Cádiz. Con el atuendo de las batas de colas como protagonistas, Alejandro Molinero, repetidor del elenco, llevó a cabo una coreografía de majestuosa belleza donde a través del silencio y únicamente el ritmo de su corazón, tejió uno de los momentos de la noche.

Faltaba la guinda del pastel a una noche muy especial, Úrsula López evocó a través de la danza y la seguiriya, la tragedia de la guerra y la muerte. En ella se fundieron los elementos dramáticos y estilísticos de la directora del Ballet, forjando uno de los cuadros más hermosos de la noche.

 

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