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Nuevo curso sanitario

SALUD SIN FRONTERAS

Entre los desafíos, hay que aspirar a una atención primaria con acceso sin demoras. Debe ser un objetivo irrenunciable

Colas en un centro de salud de la capital malagueña. / Archivo
José Martínez Olmos
- Ex sec. general del Ministerio de Sanidad y profesor de la EASP

15 de septiembre 2025 - 09:52

COMENZAMOS un nuevo curso político con el final de las vacaciones de verano; en sanidad seguimos con los mismos problemas y desafíos instalados en la agenda de la política sanitaria desde hace tiempo. Son problemas y desafíos que tienen gran envergadura y requieren el diseño de una estrategia sanitaria que actualice la organización de los servicios de salud y aplique una voluntad política capaz de llevar adelante cambios y generar consensos políticos y apoyos profesionales y sociales.

Uno de los principales desafíos se refiere a resolver los problemas de acceso en la atención primaria con el objetivo de acabar con las listas de espera que demoran injustificadamente la atención sanitaria que demanda el conjunto de la ciudadanía. Hay que aspirar a una atención primaria con acceso sin demoras. Debe ser un objetivo irrenunciable.

También, acabar con las demoras en el acceso a pruebas diagnósticas y a intervenciones quirúrgicas programadas ha de ser un objetivo imprescindible porque la situación actual lastra la calidad asistencial y contribuye al descrédito social de la sanidad pública.

Los profesionales requieren una gestión del talento capaz de generar motivación

Evidentemente, los profesionales sanitarios requieren el desarrollo de políticas de gestión del talento capaces de generar motivación y bienestar laboral con medidas de recursos humanos en sanidad que busquen las mejores condiciones de trabajo en todos los sentidos.

Los problemas de acceso y los problemas ligados a la gestión de profesionales sanitarios requieren una estrategia de corto, medio y largo plazo, porque su complejidad y la cantidad de recursos sanitarios que se necesitan para su resolución no se pueden aplicar con una visión orientada solo al corto plazo.

En relación a los pacientes, la cronicidad es el objetivo número uno a abordar dada la realidad asistencial de la demanda sanitaria y las necesidades de salud de la población; las personas con varias patologías crónicas (multimorbilidad) y con polimedicación constituyen el núcleo central de las necesidades de salud en la práctica cotidiana de nuestros servicios sanitarios. Orientar el sistema de salud hacia la resolución de los problemas de salud de una parte cuantitativamente relevante de la demanda como suponen las personas con cronicidad, requiere reorganización de los servicios y redefinición de roles profesionales de médicos, enfermería y farmacéuticos principalmente. Ello no quiere decir que el resto de cosas no sea importante; son muchos los aspectos a considerar. Incluso en el campo de la prevención y la promoción de la salud, queda pendiente mucho camino por recorrer y hay que poner prioridades en estos campos.

Y aunque parezcan temas menores quiero apuntar dos asuntos de gran trascendencia: por una parte, asegurar el lavado de manos sistemático por parte de los profesionales sanitarios es un objetivo de calidad asistencial que, de aplicarse en todo momento y lugar, evitaría infecciones hospitalarias que en ocasiones derivan en serios daños a la salud. Por otra parte, debería ser un objetivo de calidad el silencio absoluto en hospitales y en los servicios de urgencias. La casuística es muy amplia, extensa y generalizada: los profesionales y los familiares no siempre cuidan mantener silencio y cuando esto es así, el ruido hospitalario se convierte en un factor dañino para la salud de los pacientes.

Abundaremos sobre estos y otros asuntos en próximas tribunas sanitarias.

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