¿Las agresiones a sanitarios se han incrementado en un 24% en el último año. Más del 16% de la plantilla del Servicio Andaluz de Salud ha sufrido una agresión, física o verbal. Los sindicatos califican de “rotundo fracaso” el Plan de Prevención de Agresiones de la Consejería de Salud.

En Atención Primaria se producen cuatro veces más agresiones que en el hospital. Las médicas y enfermeras son las que reciben más agresiones (78% de las agredidas son mujeres) y en la mayoría de los casos el agresor es un paciente hombre.

Este verano hemos sido testigos de noticias, día sí y día también, sobre agresiones a sanitarios y, seguro que son estas noticias en los medios de comunicación y en las redes sociales lo que ha llevado al gobierno andaluz a salir al paso con una comparecencia de la Consejera en el Parlamento andaluz sobre este grave problema.

El Plan de Prevención de Agresiones de la Consejería, recoge las iniciativas desarrolladas en Andalucía desde 2005, las modificaciones del Código penal y el consenso de las Comunidades Autónomas respecto a medidas eficaces y estrategias de evaluación y seguimiento, elaborado en un grupo de trabajo coordinado por el Ministerio desde 2018.

Por tanto, sobre las medidas del Plan nada que objetar. Pero sí hay que preguntar por su aplicación. ¿Han evaluado esas medidas puestas en marcha en Andalucía desde 2020?. ¿Cuáles son los resultados?. ¿Dónde están los mapas de riesgo de cada centro?. ¿Conoce el SAS cuáles son los lugares y centros donde se producen más agresiones?. Un 20% de los agresores (la mayoría hombres) son reincidentes. ¿Están identificados?. ¿Qué medidas han tomado para prevenir nuevos ataques?. ¿Dónde están las campañas de concienciación que los sindicatos reclaman? ¿Y la formación?. Uno de los pilares fundamentales en la Prevención de Agresiones. Así se recoge en las recomendaciones del grupo de trabajo interterritorial. Solo 240 profesionales recibirán formación presencial especializada este año, de los más de 100.000 sanitarios del SAS.

La mayoría de las agresiones se producen en Atención Primaria y solo uno de cada tres centros tiene personal de seguridad, apenas un 20% dispone de cámaras y la mayoría de consultas no tiene ni vías de escape ni timbre de alarma.

Tampoco están generalizados los protocolos de atención a los profesionales agredidos, tan importantes en estos casos. Después de sufrir una agresión, los profesionales tienen que superar las secuelas psicológicas en soledad.

Los profesionales sanitarios se enfrentan cada día al reto casi heroico de atender a los pacientes con la máxima calidad, a pesar de la sobrecarga actual. Todos los estudios señalan que estos contextos son favorecedores del 21% de los casos de agresiones. Vaya por delante que nada justifica una agresión, lo que no impide reconocer que hay entornos que son el caldo de cultivo de estas barbaridades.

M. Ángeles Prieto es profesora de la Escuela Andaluza de Salud Pública y portavoz de Salud del Grupo Parlamentario Socialista