Acólitos: un trabajo profesional e invisible

ANUNCIAN la llegada del paso de misterio y de palio de las distintas hermandades durante la Semana Santa, son profesionales y su servicio a Dios va mucho más allá de lo que cualquiera pueda pensar. Se trata de los acólitos, que en los últimos tiempos se están convirtiendo en cuerpos profesionales perfectamente organizados.

Este cuerpo parece no estar lo suficientemente valorado en un mundo donde la moda y las redes sociales desvirtuan, en algunas ocasiones, el sentido primero y esencia de la Semana Santa. Ante esto, los acólitos han decidido constituirse en asociaciones profesionales. Es el caso del cuerpo de 'El Cirial', que echó a andar en 2009 con 30 miembros. Hoy día lo componen 70 hombres, en su mayoría jóvenes, que acompañan a más de una decena de cofradías.

"Lo que nos lleva a diferenciarnos -como profesionales- es el trabajo que realizamos durante todo el año. Nosotros nos reunimos desde septiembre, tomamos el pulso a los chavales, hacemos un recuento y a partir de ahí empezamos a reunirnos cada dos o tres semanas", reseña Miguel Ángel López, secretario de esta organización, del trabajo previo que realizan en 'El Cirial' desde el otoño. "No ponemos a cualquiera en la calle. A la hora de poner nuestra presencia fuera, la pulimos con reuniones y ensayos. Ponemos a gente en la calle que sabe a lo que va y sabe lo que hace", recalca nuevamente.

El trabajo previo se realiza siempre por duplicado, para que todos los componentes del cuerpo puedan acudir al menos a una de las citas sin problemas con el trabajo o los estudios. La presencia en los ensayos es muy importante para este cuerpo, pues se puntúa a los miembros para saber el número de veces que saldrán en cortejo, a qué hermandades acompañarán y en qué posiciones. Asimismo, el miembro que no acuda a un mínimo de cuatro, de los seis ensayos programados, no saldrá. En los mismos se enseña, con utensilio propio, a pasear o elevar el cirial, entre otras cosas.

Este grupo tiene como sede Los Salesianos y, aunque llueva, saben que su trabajo no solo es lo que se ve. Tomás Crismán, presidente de 'El Cirial', hace un resumen de las labores 'invisibles' que realizan: "Nosotros quedamos una hora antes de que la hermandad salga a la calle y, otra hora antes de llegar allí, quedamos entre nosotros. Es decir, dos horas antes de que la hermandad esté en la calle nosotros ya estamos en el centro. Llegamos, nos vestimos, empezamos a prepararlo todo y salimos. Si por el motivo que sea no se sale, no nos desvestimos y nos vamos; nos vestimos, nos preparamos y nos ponemos delante de las imágenes titulares de la hermandad". López, a su vez, resalta: "Es un acto de presencia, lo mínimo que se le debe a las hermandades y sobre todo al máximo exponente por el que salimos, que es Dios". El presidente afirma en la misma línea: "Dios es lo más importante".