Los Judíos de San Mateo

Multitudes ante el restaurado Señor de las Penas

  • Niños enfermos disfrutaron de la salida de la cofradía en primera línea

Una quincena de niños han vivido, junto a sus familiares, esta jornada del Martes Santo de una manera muy especial. Han podido ser testigos, junto a las puertas del templo de San Mateo, de la salida procesional de la Hermandad del Desconsuelo. Son niños de la planta de Hematología del Hospital de Jerez que han podido, gracias a los esfuerzos de la Bolsa de Caridad 'Virgen del Desconsuelo, ropero de San Blas', cumplir su deseo de ver de cerca la salida de los titulares de la Hermandad de San Mateo desde un sitio privilegiado.

Ha sido el inicio de una estación penitencial que ha contado con bellos y emotivos momentos en el recorrido por las calles de su feligresía. El barrio se ha volcado una vez más con el Señor de las Penas, restaurado por Agustín Pina, y María Santísima del Desconsuelo, bellamente exornada con claveles blancos y esparragueras de color verde. La restauración del Señor no ha sido el único estreno de la populosa hermandad rojinegra, un Guión de Hermandad, obra de Fernando Calderón que fue presentado a los hermanos el domingo en el Besamanos de María Santísima del Desconsuelo, y el dorado de los candelabros del Misterio han completado este año los estrenos de la cofradía.

También se estrenaba la Agrupación Musical de las Lágrimas de San Fernando acompañando al paso de misterio del Señor de las Penas, caminando entre siemprevivas morados con pinceladas de color hueso, bajo las órdenes de Francisco Ruiz. Repetía por segundo año la Banda Municipal Virgen del Castillo de Lebrija en el Palio de la Virgen desconsolada que cuenta su inmensa pena a San Juan Evangelista. Las bambalinas de plata meciéndose bajo la experta sabiduría de la cuadrilla de costaleros dirigida por Rafael Márquez.

El vasto cortejo de la hermandad, más de 800 nazarenos en las calles este Martes Santo, ha completado una sobria y rigurosa estación de penitencia hasta la Santa Iglesia Catedral.

A la vuelta hacia su templo, con el frío poniente calándose entre las túnicas, ha derrochado estampas cofradieras por la plaza San Lucas, Cabezas y la plaza del Mercado, para recogerse, de nuevo entre multitudes, en su templo de San Mateo. Fue justamente en la plaza de San Lucas donde los finalistas del veterano concurso de saetas de la peña flamenca 'Buena Gente' ofrecieron sus oraciones cantadas a los titulares de la cofradía. De allí a San Mateo, tan sólo restó superar las tremendas estrecheces de la calle Cabezas para vislumbrar de nuevo las amplitudes del Mercado.

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