Pasión coronada desde La Albarizuela
La Coronación
La cofradía decidió no continuar hacia la Catedral en plena calle Larga y llegó a la capilla de los Desamparados en 35 minutos.
LA calle Arcos se viste de Semana Santa cada Domingo de Ramos con una de las hermandades con más calado entre los cofrades jerezanos. El Señor de los Desamparados y María de la Paz en su Mayor Aflicción vencieron todo pronóstico desfavorable y pusieron su granito de arena para lograr una jornada memorable después de haber celebrado su 400 aniversario hace solo un año.
Un poco más tarde de las cinco y media de la tarde, la imponente cruz de guía plateada de la cofradía se coloca en la calle flanqueada por nazarenos en blanco y negro. Al fondo de la capilla ya se adivina la candelería de la Virgen de la Paz en su Mayor Aflicción, perfectamente encendida, entre las blancas paredes del templo. En la calle Arcos no cabe un alquiler y la sevillana Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Vera Cruz ya coge posiciones junto al templo.
El capataz del paso de misterio, Tomás Sampalo, llama a sus hombres con tantas ganas que retumba entre las paredes de los Desamparados. Racheado e instrucciones precisas y milimétricas en una capilla que debido a su tamaño, ningún movimiento es al azar. El público no pierde ojo de la primera chicotá, mientras que los de abajo poco a poco se enfrentan a la última luz de la tarde. Desde su trono, Jesús baja la mirada mientras recibe las burlas en el momento de su Coronación. De Jerez solo recibe aplausos y vítores cuando suena la Marcha Real y el Rey de los Desamparados se dispone a perderse por los callejones del barrio San Pedro.
Detrás, siempre María. Detrás, eternamente en su Mayor Aflicción. Un palio característico de la Semana Santa por su sonoridad, las pequeñas campanitas en los candelabros de cola que son un instrumento más de la Banda de Nuestra Señora del Carmen de Villalba. Unas campanitas que suenan aún con más sentimiento en los primeros pasos dentro del templo. Cámaras de fotos en alto para captar de la mejor forma posible a la Reina de La Albarizuela en su salida a la ciudad. Últimos rayos de luz de la tarde para unas caídas de palio que no tienen desperdicio alguno. Y en el centro del conjunto, Ella, que con sus verdes mariquillas y sus rosas blancas ya está en Jerez y sigue a su Hijo por las calles de su barrio.
Todo discurrió con normalidad hasta el momento en que a la Hermandad le pilló un chubasco en plena calle Larga sobre las nueve menos veinte. En este momento, la cofradía decidió volver a Los Desamparados a través del paso de peatones frente a Bizcocheros, bajando por calle Honda y desembocando en Arcos. Concretamente, a las nueve y cuarto la cruz de guía de La Coronación ya estaba en su sede canónica.
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