Semana Santa 2019

Paso y venia a la verdadera cruz de Cristo

  • La de San Juan de los Caballeros puso una vez más en la calle un estilo único que da identidad a una hermandad singular y notable

Paso y venia a la verdadera cruz de Cristo

Paso y venia a la verdadera cruz de Cristo / Miguel Ángel González

San Juan de los Caballeros, plaza Melgarejo, San Juan, Chancillería... calles del Jerez más añejo recibieron una Jueves Santo más a la cofradía que suma siglos de vida cofrade, de un intenso recorrido histórico que hoy por hoy se renueva cada Semana Santa con un hoy marcado por la juventud pero con un estilo que es ciertamente fiel a una corporación que suma 475 años de existencia. La Cruz, Esperanza y Lágrimas, tres titulares que conforman el núcleo de la hermandad y que ayer se mostraron a la gente con toda su intensidad. El paso de la Cruz, alegoría en la que se incorpora el Lignum Crucis, fue cargado por fuera para seguir con la tradición en esta hermandad de portar la reliquia de la Cruz de Cristo en andas, ahora en un paso propio y antes en lo que fue la cruz de guía.

Este primer paso llevó su cuerpo de acólitos, cortejo propio y estandarte. Negros nazarenos de cola con cinturón de esparto y cera al cuadril de color verde es la forma actual del cortejo tras la unificación de las túnicas de la hermandad. Desde los más pequeños nazarenos hasta los mayores conformaron la cofradía en la calle con el rigor que exige una túnica severa que invita al recogimiento. El paso de misterio sigue siendo otro sello de distinción para la hermandad y el mejor aposento para el Cristo de la Esperanza, uno de los grandes crucificados de Jerez, en el misterio de la conversión del buen ladrón, San Dimas. Otra nota distinta fue la música en los dos primeros pasos. Otro Jueves Santo volvieron las capillas de ministriles ante ellos, grupos de músicos con instrumentos del barroco interpretando piezas sacras de los siglo XV a XVIII. Todo un lujo poder disfrutar de estas formaciones que no suelen proliferar en las salidas procesionales ya que para la interpretación de las piezas precisan de grandes partituras, llevadas por un acólito, y estar detenidos. Volvió a llamar la atención e inspirar mucho a todo el que se dejaba llevar por el rostro del Señor y los ministriles tocando. Ese es el efecto que se persigue con la música pero que en la Vera Cruz se elige de forma diferente para seguir afianzando su marca exclusiva y sus señas de identidad.

Así sucede con el palio de Las Lágrimas que ayer volvió a enseñar cómo se ha completado hace ya algunos años con la novedad del estreno de una saya para la dolorosa y una Virgen del Pilar, pieza restaurada y situada en la calle de la candelería. Advocación relacionada con la Orden Marianista a la que esta cofradía está unida desde su reorganización. La música tras el palio fue fúnebre, totalmente entonada con el resto de lo que fue por delante de la Señora bajo el escudo de Carlos V en su techo de palio.

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