CON la incertidumbre que genera una situación inestabilidad climatológica, se vivió la jornada del Martes Santo, una jornada histórica en la que las hermandades de Bondad y Misericordia y La Salvación realizaban por primera vez estación penitencial a la Santa Iglesia Catedral.

El paso de un frente por la ciudad a eso de las dos de la tarde deparó los tradicionales nervios y tensión entre las siete hermandades que conformaban este Martes Santo, en especial las que debían salir a la calle a primera hora. Por ello, la Unión de Hermandades anunciaba la petición de demora de una hora para la totalidad de ellas.

Tras un pequeño chaparrón (con tormenta incluida) y la posterior aparición de claros, la cuestión era saber si las previsiones que daban agua para el intervalo comprendido entre las nueve y once de la noche iban a ser exactas, de ahí que las consultas entre las hermandades de Bondad, La Salvación, La Clemencia y la Salud de San Rafael fueran continuas.

La Cruz de Guía de San Rafael, al salir del templo.

Finalmente, al filo de las cuatro de la tarde, Bondad y Misericordia (que por cierto no estaba por la labor de dejar trabajar a los profesionales de la información) decidió dar un paso al frente y anunciar su salida.

Fue como la caída de un castillo de naipes, pues apenas unos minutos después, fueron La Salvación, La Clemencia y Salud de San Rafael, por este orden, quien optaran por hacer estación penitencial. No fue una decisión fácil, de ahí que en algunos casos, como ocurrió con La Salvación, sus costaleros lo celebrasen con palmas y cantes por bulerías, todo un detalle.

La casi hora y media de retraso con respecto al horario prefijado provocó la reacción del Consejo que rápidamente remodeló las llegadas al Palquillo conforme a los nuevos tiempos para estructurar el normal desarrollo del Martes Santo.

Además, en algunos casos, como ocurrió con Bondad y Misericordia y Salud de San Rafael, se recortó el recorrido para tratar de llegar con el menor retraso posible a los distintos puntos de la Carrera Oficial.

El paso de misterio de la Hermandad del Desconsuelo, en San Mateo.

A las siete en punto de la tarde, la Cruz de Guía de Bondad y Misericordia hizo historia llegando por primera vez a la toma de hora de Plaza Aladro, y minutos más tarde hizo lo propio el paso de Misterio en medio de los aplausos del público que abarrotaba la zona.

Idéntico momento se repitió unos minutos más tarde, cuando La Salvación se citó con la historia firmando así uno de los momentos más llamativos de la jornada. Las cofradías más noveles labraban su propio Martes Santo desafiando a la climatología. Sólo faltaba por saber qué harían las señeras, sobre todo las que cuentan con un patrimonio importante. La primera en decidirse fue la Defensión, que sobre las cinco y media de la tarde anunció que no salía, una decisión respetada y que levantó más de una lágrima entre sus hermanos.

En cambio, tanto la Hermandad del Desconsuelo como la de El Amor decidieron, tras reunión de última hora de sus respectivas juntas de gobierno, procesionar por las calles de Jerez.

Para muchos fue como una bendición pues la decisión de la Defensión había levantado cierto desasosiego entre muchos cofrades, conscientes de que tanto ‘Los Judíos’ como El Amor podrían seguir perfectamente el mismo camino.

No fue así y apenas unos minutos más tarde, la plaza de San Mateo y los aledaños de la Capilla del Santísimo Cristo del Amor se llenaron de fieles dispuestos a vivir en primera persona este ajetreado Martes Santo.

De cualquier forma, y al contrario que en la jornada del Domingo, hubo menos público de lo habitual en Carrera Oficial, quizás también por la incertidumbre del día y del frío y el viento que invitó a poco movimiento.

Pese a todo, se generalizó el aplauso con la apertura de las puertas de los templos, viviéndose por fin esos momentos que muchos llevaban más de dos años esperando. Alzó entonces la voz Joaquín ‘El Zambo’ para marcarse una saeta por seguiriyas a pie de paso con esa personalidad tan suya. Seguidamente, en el balcón de la casa de hermandad de Los Judíos, Macarena de Jerez devolvió el silencio con a la plaza como cada Martes Santo, llevándose los aplausos de un público entregado.

Y apareció la lluvia...

La noche transcurrió para muchos mirando de reojo los partes meteorológicos que al filo de las once de la noche empeoraron. La lluvia apareció con fuerza y las hermandades tuvieron que improvisar sobre la marcha para encontrar refugio. Así en la Catedral quedaron la Salud de San Rafael, la Hermandad de El Amor y el paso de Misterio de Jesús de las Penas, cuyo paso de palio, el de la Virgen del Desconsuelo, entró apresuradamente en Santo Domingo.

La Bondad, que encaraba ya el tramo final, se quedó en la Victoria, mientras que La Salvación hizo lo propio en San Juan de Letrán, llegando a su templo en torno a las 1.30. Peor lo pasó la hermandad de La Clemencia, ya que inicialmente pensó en cobijar el misterio en el colegio San José, pero las dimensiones del olivo impedían el acceso. Así que tuvieron que retroceder y quedarse en San Marcos junto al palio, mientras el cortejo se quedaba en el centro lasaliano.

Sobre las doce de la noche, Bondad y Misericordia, no sin recibir un buen aguacero, entró en el Santuario de María Auxiliadora, mientras que a eso de las 0.15 La Salvación emprendió regreso a Las Torres. Mientras, la Clemencia acordó sobre las doce y media de la noche que no volvería a casa en este Martes Santo y sí lo hará el Domingo de Resurrección. Sus pasos se llevaron, una vez que pasó la lluvia, hasta el colegio San José.

Con la madrugada entrada, El Amor tomó rumbo a su capilla, igual que la Salud de San Rafael y Los Judíos, con la particularidad ésta de que el Desconsuelo estaba en Santo Domingo y Jesús de las Penas en la Catedral. Al filo de las tres llegaría el paso de misterio a San Mateo, y casi una hora después el palio.

San Rafael, por su parte, también consiguió llegar a su iglesia pasadas las tres de la madrugada, y un poco antes el Cautivo y El Cristo del Amor, poniendo colofón a un fiinal de Martes Santo de locura.