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La mujer fue hallada muerta a última hora del miércoles en su vivienda. La víctima, conocida por sus vecinos como Esther, que tenía dos hijos y llevaba años separada, presentaba signos evidentes de haber sufrido una muerte violencia con indicios de criminalidad. De hecho, según apuntan fuentes cercanas al caso, habrían acabado con su vida propinándole varios golpes.
Quien localizó el cuerpo sin vida de Esther fue su propio hijo en torno a las 23:00 horas del pasado miércoles, 13 de septiembre. Al verla dio aviso de inmediato a la Guardia Civil.
Al llegar los agentes comprobaron que la mujer presentaba signos evidentes de haber sufrido una muerte violenta. Poco después llegaba la autoridad judicial que decretó el levantamiento de su cadáver ya en horas de la madrugada. La vivienda quedó rápidamente precintada por la Guardia Civil.
El cuerpo de Esther fue trasladado al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses en Las Palmas de Gran Canaria para practicarle la autopsia.
Este análisis servirá para determinar las causas exactas de su fallecimiento y la hora aproximada en la que tuvo lugar.
Desde el primer momento, el instituto armado desplegó un amplio dispositivo para comenzar las pesquisas, que se han declarado secretas por parte de la autoridad judicial, para intentar esclarecer qué sucedió en la noche del pasado miércoles y quién acabó con la vida de esta vecina del barrio de Aríñez.
En la entrada a la planta baja de la vivienda, a la que se accede por un lateral, aún habían restos de un charco de sangre reseco. La puerta metálica y con cristales opacos tenían también alguna salpicadura pero no se encontró rastro de sangre en el resto del acceso a la vivienda. Esta no tenía signos de haber sido forzada, lo que no casaba con la posibilidad de que hubiese sido víctima de un robo violento. Los pocos vecinos de la zona apuntaron que en la noche del crimen no oyeron ningún ruido ni grito que les alertase.
Sí oyeron un alarido de dolor, cerca de la madrugada, procedente de la vivienda. Justo cuando llegaron sus familiares a la vivienda. En la planta de arriba de la vivienda en la que fue hallada reside la hija de la víctima con su pareja.
Durante toda la madrugada agentes de la Guardia Civil comenzaron con la investigación en el interior del inmueble. Las labores de investigación se extendieron hasta entrada la tarde de ayer, viernes 15 de septiembre.
Entre los actuantes se desplazó un equipo de agentes del Servicio de Criminalística de la Policía Judicial de la Guardia Civil trabajaron intensamente en la recopilación de pruebas e indicios vitales para la investigación puesta en marcha. Una inspección técnico-ocular que se dilató durante horas.
Desde que se abrió la investigación los agentes de la Benemérita descartaron que se tratara de un caso de violencia de género.
La mujer estaba llevaba años separada de su exmarido y padre de sus dos hijos y la relación que había entre ambos era buena. Además, no estaba dentro del Sistema de Seguimiento Integral de los Casos de Violencia de Género (Viogén) ni había denunciado nunca a su expareja.
Tras descartar esta opción las pesquisas se encaminaron hacia otras posibilidades. En menos de 24 horas los agentes procedían a la detención de un hombre como principal sospechoso de este homicidio. Se trata de la pareja de la hija de la víctima, es decir, el yerno de Esther. Los investigadores tratan de averiguar ahora si fue él quien mató a la mujer de 64 años y por qué lo hizo.
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