PIONEROS DE SEVILLA

Éxxita Be Circular, el mayor hospital tecnológico 
de Europa está en Bollullos

Pioneros de Sevilla / Éxxita Be Circular / Juan Carlos Muñoz

A escasos 6 kilómetros de la brasería La Choza de Manuela, en la localidad vecina de Bollullos de la Mitación –entre vides, olivos y cortijos– se encuentra uno de los mayores hospitales tecnológicos de Europa. Más de 500.000 pacientes –dispositivos electrónicos de todo tipo– pasan por este centro cada año. La empresa Éxxita Be Circular lleva a gala el título de ser puntera en garantizar la segunda vida de diferentes tipos de aparatos: desde teléfonos móviles a portátiles pasando por pantallas de televisión, tablets e incluso electrodomésticos. Para que sus dueños sigan disfrutando de ellos sin aflojar la cartera en comprar unos nuevos. El 80% de los 160 empleados de la compañía acude cada día a la nueva nave de 10.000 metros cuadrados a la que se mudaron la semana pasada. Y lo han hecho a las puertas de 2024, fecha en la que celebran sus primeros 20 años de andadura.

La entidad que hoy es un gigante de la reparación con presencia en más de 31 países –además de en Madrid y Barcelona– nació en una humilde tienda de apenas 90 metros cuadrados en Bormujos que, además de hacer las veces de cibercafé –qué lejana queda esa época en la que no había ADSL en los hogares–, atendía a los vecinos de la localidad como cualquier comercio de barrio. Detrás del mostrador estaban los hermanos Alejandro y José Ángel Costa y Ricardo González. Ninguno de los tres estudió una carrera universitaria, pero no les hizo falta. Les sobraba ambición, ganas y aspiraciones. Decidieron autoemplearse en el universo de la informática y se embarcaron en la búsqueda de empresas a las que ofrecer sus servicios. Alejandro Costa recuerda que Toshiba fue el primer productor que consiguieron y hasta hoy "que acabamos antes diciendo los fabricantes que no tenemos que los que sí", indica entre risas. Y es que la cartera de clientes es amplia: Asus, Samung, MSI, LG o Lenovo. De este último son servicio oficial en Europa. Incluso Telefónica es socia minoritaria de la compañía. 

"Creímos que ser el servicio oficial de fabricantes de tecnología del sur de España podía ser nuestra ventaja competitiva en cuanto a la calidad, la rigurosidad y la seriedad" que se debe tener mostrándote al mundo con esta carta de presentación. El cofundador sostiene que la primera  fase de internacionalización comenzó en Madrid, donde le formulaban la pregunta del millón: "¿Por qué en Sevilla?" Para Alejandro Costa la respuesta atiende a "nuestro propio convencimiento. A quién más se le da, más tiene que dar".

El cofundador tiene claro que  una compañía en la que "los empleados tienen estabilidad, un empleo interesante dentro del sector tecnológico, con una buena jornada en la que pueden complementar su vida profesional con la personal" son factores clave para "anclar" a la gente al territorio. No solo se refiere a Bollullos. También a localidades colindantes como Olivares, Aznalcóllar o Villamanrique que ven cómo sus jóvenes tienen que abandonar sus calles por la falta de oportunidades laborales –más si cabe en este sector–. "Esta función de impacto que tiene mi empresa me hace sentir muy orgulloso. El que los profesionales que empezaron aquí se hayan independizado, hayan comprado su piso, tengan su hipoteca y puedan disfrutar de su familia es lo más importante y lo que verdaderamente me quita el sueño", apostilla y asegura que estas cuestiones son las que "retienen el talento" dentro de la compañía. 

Cuando un móvil llega a la nave

El equipo del que habla trabaja con un orden y una precisión medida al milímetro. Cuando el portátil, el televisor o el móvil entra en la nave –y también cuando sale– se graba en vídeo para garantizar que el aparato llegará a a las manos de su dueño con los mismos accesorios –principalmente cargadores– con los que entró. Además, si el aparato sigue sin funcionar tienen registrado en el sistema qué pieza cambiaron y qué se realizó. 

Un trabajador de la compañía revisa el estado de una pantalla. Un trabajador de la compañía revisa el estado de una pantalla.

Un trabajador de la compañía revisa el estado de una pantalla. / Juan Carlos Muñoz

"Estamos centrados en la reparación, recuperación y prevención de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE)", asegura Alejandro Costa y hace especial hincapié en el significado real de estos términos: "Trabajamos en la reparación de las piezas, en la recuperación de componentes a nivel electrónico y reutilizamos las materias primas para alargar la vida útil de cualquier activo tecnológico o electrónico".

Después del chequeo inicial, pasa al departamento en el que se realiza el triaje, como si de un médico de atención primaria se tratara. El especialista hace un diagnóstico y establece la prioridad de la reparación del equipo. Para ello, tienen que pasar el test de cada fabricante –a la entrada y a la salida–. 

Posteriormente, el equipo viaja a la zona de laboratorio. Las piezas que necesitan algunos equipos son solicitadas al sistema y entran en la cadena de reparación: dos hilos verticales de 11 metros conforman "un robot al que llamamos producto a hombre o mujer, que cada hora va sacando piezas", indica Alejandro Costa. 

Toda esta información es almacenada en Aitana –bromean entre risas que no se trata de la cantante–. Es una de las joyas de la corona de la compañía, porque se trata de un sistema informático propio con –como buena tecnológica que se precie– inteligencia artificial. Es capaz de ofrecer un diagnóstico de cada aparato con una precisión prácticamente perfecta. Detecta qué pieza falla, cual es el modelo del ordenador o su procedencia. El proceso completo de reparación dura unas 48 horas. "Si hay piezas lo completamente en el mismo día", asegura el cofundador.

Una oportunidad para aprender un oficio de futuro

Los avances tecnológicos no son una cuestión que ataña exclusivamente a los ingenieros y demás ramas relacionadas. De hecho, la popularización de herramientas de inteligencia artificial, como ChatGPT, se debe precisamente a su fácil manejo, apto para todos los públicos. Justo en la entrada de Éxxita Be Circular se ha creado un laboratorio  donde el aprendizaje, el compañerismo y el trabajo son seña de identidad. El frenesí que se percibe dentro contagia de entusiasmo al que lo pisa por primera vez. Los encargados de provocar esta inspiradora sensación son 25 jóvenes –enfundados con sus batas blancas– que van de una mesa a otra comprobando la información que muestra la pantalla de los ordenadores de sus colegas, verificando que todas las piezas estén en su lugar y que no se queda ninguna duda en el tintero. 

Forman parte del programa TandEM Algoritmo Verde que, en colaboración con la Fundación ONCE, tiene por objetivo que jóvenes con discapacidad intelectual  aprendan todo lo relacionado con la reparación y recuperación de dispositivos eléctricos. Lejos de tratarse de una formación, estos jóvenes perciben un salario y desarrollan sus habilidades en un nuevo campo profesional. Como si de un oficio tradicional se tratara.

Un grupo de jóvenes del proyecto ‘TandEM’ en Éxxita Be Circular. Un grupo de jóvenes del proyecto ‘TandEM’ en Éxxita Be Circular.

Un grupo de jóvenes del proyecto ‘TandEM’ en Éxxita Be Circular. / Juan Carlos Muñoz

El aula está distribuida en diferentes puestos con cinco mentores que velan por un correcto funcionamiento de la convivencia de todos. El proyecto se divide en dos fases. Una primera de aprendizaje, que comprende desde junio hasta agosto, y la segunda abarca la formación y el empleo. 

"Nos comprometemos a aprender sobre la economía circular para dar una segunda vida a los dispositivos", explica Gonzalo, uno de los jóvenes participantes -que también hace las labores de maestro de ceremonias-. Afirmación a la que su compañero Juan Carlos no duda en sumarse: "Somos pioneros para futuras ediciones TandEM". Y es que Sevilla hay otra unidad en el Archivo de Indias que se forma en la interpretación de las escrituras del descubrimiento de América o de las rutas Magallánicas.

"Nuestra mayor ilusión es que esto se convierta en un proyecto que se extienda por todo el territorio, tanto dentro como fuera de España", explica el cofundador de Éxxita Be Circular y apostilla que "en todos los países hay personas que necesitan este tipo de formación y de inclusión, además el problema de los residuos electrónicos es mundial".

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