Plato raro

Joaquín y Susana Saborido prueban las croquetas de agua ¿cómo son?

Joaquin y su esposa, los invitados de este lunes, con Pablo Motos prueban las croquetas que les sirve Marron

Joaquin y su esposa, los invitados de este lunes, con Pablo Motos prueban las croquetas que les sirve Marron

Joaquín Sánchez y su esposa, Susana Saborido, ya son el matrimonio más mediático de la televisión. Tras colaborar ella en El Novato y hacer sus pinitos de contertulia en El show de Bertín, la pareja es el eje de La penúltima y me voy, docu-reality sobre la vida de Joaquín, cómo es como padre y esposo además de futbolista en su rol de capitán bético y todo el paso del jugador de El Puerto, que a punto de cumplir 42 años está dispuesto a batir récords de permanencia en la élite. El documental se programa los jueves en Antena 3 y de ahí que este lunes fueran los invitados de Pablo Motos en El Hormiguero.

En la entrevista han aparecido asuntos formales en lo deportivo, como la situación física del jugador, que está dispuesto siempre "a dar algo más" aunque entienda que por su edad y los condicionantes del entrenador limiten una mayor presencia en el campo.

La pareja, a lo Pepa y Avelino llevan una vida de Escenas de matrimonio, discutiendo por todo y teniendo pareceres diferentes lo que parece ser el secreto de lo bien que se llevan tras 17 años de matrimonio. Sus dos hijas son absolutas fans de su padre.

Junto a los temas tratados en el programa, el equipo de El Hormiguero les ha propuesto un experimento gastronómico. Marron les ha servido unas sorprendentes croquetas. Unas croquetas rellenas de... agua. Sólo agua, por mucho que al dar el bocado Joaquín buscaba el sabor al relleno, el líquido de esas croquetas era sólo agua. 

¿Cómo se hacen?

Marron ha contado con dos chefs madrileños, Rubén Amro y Agustín Herrera, jefes de cocina del Hotel Box Art, de Collado Mediano, y del restaurante Marepolis, de Alcorcón (ambos del colectivo profesional ACYRE), que han creado esferificaciones de alginato y cloruro cálcico con las que han rebozado en pan rallado y huevo y han frito como cualquier otra croqueta sin que el líquido explotase. De hecho la cocinado ante los espectadores.

El experimento es para mostrar el camino para los chefs para seguir innovando con un plato tan español como la croqueta. Joaquín observa que ese relleno ligero le va a venir bien cuando en las cenas se comería cualquier cosa hipercalórico.

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