Contemplando la gloria
El Deportivo sufre para ganar al Castellón en un partido que decidió un testarazo de Mario Bermejo Paciencia Los azulinos nunca se pusieron nerviosos y suman su séptima victoria consecutiva
La victoria número veintidós de la temporada se hizo de rogar. Así las cosas, no es de extrañar que más de uno, al oír el pitido de Pino Zamorano, gritara al cielo, en un alarde de felicidad y sufrimiento a la vez. Sin embargo, mereció la pena, porque setenta y cçinco puntos dejan al Deportivo contemplando la gloria y casi rozando con ambas manos algo que algunos no se acaban de creer.
Conscientes de la importancia del partido debido a los resultados del sábado anterior, el Xerez salió, con un Chapín a rebosar, mentalizado de acabar pronto con el encuentro. Enfrente, se topó con un Castellón bien plantado en el campo y que asfixiaba cada una de las acometidas de los locales.
Paco Herrera sabía que el peligro de los azulinos estaba en la capacidad para la creación de Abel Gómez, por lo que dispuso un sistema bastante defensivo, con Dealbert casi de tercer central, las dos líneas de cuatro bien replegadas y con López Garai marcando de cerca al mediocentro sevillano.
Esta situación dificultaba el juego de los azulinos, que una y otra vez naufragaban en las inmediaciones del área castellonense. Aún así, fueron los de Esteban los primeros en golpear, en una falta botada por Abel que remató Moreno. El balón se fue rozando el palo izquierdo de la portería de Carlos Sánchez.
La réplica, y posiblemente la única llegada con peligro de los visitantes en la primera mitad, llegó en una volea desde fuera del área que empaló Nsue y a la que Chema respondió a córner con un paradón.
Pero si hubo algo ayer que resultó clave en el discurrir del partido fue que el Deportivo no se impacientó. El gol no llegaba, pero el equipo en ningún momento descuidó su parcela defensiva ni fue víctima del nerviosismo, siguió a lo suyo esperando que el fútbol fuese justo con sus oportunidades. Sus ataques fueron siempre ordenados, y poco a poco, con paciencia, fue poniendo cerco al marco de Carlos Sánchez. Francis avisó a los veinte minutos con un remate picado que el meta orellut envió a córner y Moreno puso la emoción en la grada con un disparo que la defensa sacó bajo palos.
La tensión cada vez era mayor, ya no sólo por la falta de puntería, sino también por la actuación del colegiado, algo riguroso con las tarjetas. Al fin, Chapín respiró. Fue en una gran combinación entre Momo y Bermejo. El canario sirvió desde la izquierda y ‘SuperMario’, con un poderoso salto, remató picado abajo. Golazo y delirio en las gradas.
Lo más difícil, abrir la lata, estaba hecho. Ahora sólo había que rematar la faena y poner cierre a un partido que no pintaba bien, principalmente porque el Castellón, pese a no llegar con claridad, sí inquietaba y evidenciaba cierto peligro en cuanto rebasaba la línea de tres cuartos.
La situación se complicó aún más con la entrada de Mario Rosas, el mejor hombre del Castellón y en el banquillo. Cosas de entrenadores. Tras la reanudación, el catalán tomó el mando de la parcela ancha y su calidad, unido al pasito atrás del Xerez, aumentó la temperatura de Chapín.
Todo hubiera cambiado si Abel, a los dos minutos de juego, hubiese anotado el segundo después de recibir un buen servicio de Carlos Calvo, ayer otra vez espléndido, pero su disparo ajustado se estrelló en la cepa del poste.
El paso de los minutos fue contraproducente para los xerecistas. Momo casi desapareció de la escena, totalmente agotado, dejando el poder ofensivo en manos de Abel, Carlos Calvo y Mario Bermejo. El cansancio y la calor pasó entonces factura a los locales, que habían realizado un sobreesfuerzo en la primera mitad. El Xerez cedió el balón al Castellón que primero a través de Mario Rosas y luego con balones largos buscando a Ulloa empezó a inquietar seriamente a Chema.
Precisamente el propio Ulloa tuvo en sus botas en el minuto 64 una de las mejores ocasiones de su equipo. Fue una buena combinación por parte de MarioRosas yArana, que terminó con centro de éste, y el argentino, con todo a su favor, remató mal.
El gol rondaba cada vez más la puerta xerecista, y Esteban, al contrario que otras veces, fue incapaz de leer el partido. El técnico tardó demasiado en hacer los cambios y cuando lo hizo complicó más las cosas. Y es que aparte de la tardanza, no se entiende cómo el único canalizador de juego (Abel) fue desplazado a la banda para introducir a Viqueira cuando en el banco estaba Asier, un hombre específico de esta demarcación. Cosas de entrenadores.
Con el sevillano jugando de interior, y el Xerez fundido, su rival tuvo una nueva oportunidad para marcar. Fue esta vez Mantecón, quien golpeó con violencia dentro del área (72’), pero Chema no estaba ayer para sustos y volvió a despejar. Ni siquiera la entrada de Antoñito sirvió para cambiar la dinámica.
A falta de tres minutos para el final, un nuevo desplante físico de Carlos Calvo acabó con un derechazo cruzado que se topó contra el poste. Fue lo último. Después de eso, la euforia contagió a jugadores y aficionados. La 1ª está más cerca.
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