El merecido triunfo de una voluntad
XEREZ CD | CD CASTELLÓN · MARCAJE AL HOMBRE
Trabajador incansable en el centro del campo, fue de los destacados de su equipo, robó muchísimos balones y estuvo a punto de marcar · Vio la quinta amarilla y se perderá el encuentro ante el Nástic
Vicente Moreno se ha convertido en santo y seña del xerecismo y pocos jugadores de la actual plantilla -sin restar protagonismo a ninguno- se merecen tanto el ascenso que está a punto de conseguir el equipo como él.
Después de una década entregado a unos colores y a una camiseta va a ver recompensado tanto sufrimiento, tanto esfuerzo, tanto sudor y tantas lágrimas... Y es que al centrocampista valenciano le han tocado vivir los peores momentos institucionales de la entidad pero también ha tenido la fortuna de vivir los mejores momentos a nivel deportivo.
Señor y deportista dentro y fuera del campo, la próxima temporada podrá disfrutar en Mestalla, y no con la camiseta de la selección valenciana, sino con la azulina, en el Santiago Bernabéu o en San Mamés.
Fuera del terreno de juego es tranquilo, con los pies en el suelo y tremendamente positivo. Dentro del campo se transforma. Deja a un lado su apariencia de hombre amable para convertirse en un auténtico incordio, tanto para los rivales como para los árbitros, aunque tenga bastante buenos amigos dentro del gremio.
Ayer, sin ir más lejos, se ganó una tarjeta amarilla por protestar de forma airada una jugada a Pino Zamorano. El colegiado ya le había anotado 'la matrícula' minutos antes también por protestar un posible penalti y en cuanto se le acercó, le dejó el recadito. Un regalito que le va a impedir estar el próximo domingo en Tarragona. Menos mal que no es el partido del ascenso porque si hay alguien que merece estar en el campo ese día ese es Vicente Moreno.
Y lo grave del caso es que el ex capitán xerecista llevaba razón, un defensa visitante tocó el balón con la mano dentro del área...
Ante el Castellón no lo tuvo fácil porque el conjunto de Paco Herrera se armó bien atrás y Dealbert y López Garai ocuparon bastante parcela. Pero eso a él le da igual, ahí estuvo siempre presto y dispuesto a cortar cuantos balones pasaban por su zona y listo para echar un cable en cualquier faceta. Eso sí, esta vez también contó con la ayuda de Álex Bergantiños. Aunque el centrocampista gallego esta vez no estuviera tan acertado como en encuentros anteriores, sí que le realizó bastante trabajo sucio y también 'barrió' bastantes balones.
Tenía tantas ganas de lograr la séptima victoria, que a las primeras de cambio se sumó al ataque y dispuso de dos oportunidades de gol en los primeros minutos del partido. En una de ellas, estuvo a punto de hacer daño a la meta de Carlos Sánchez.
Su único lunar, y seguro que no fue culpa suya, retrasarse demasiado. Tanto Aythami como Martí Crespí tenían miedo de quedarse desprotegidos y ahí estuvo él para convertirse casi en un central más durante muchos minutos del segundo tiempo.
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