El segundo día de fiesta deparó caras con algunas ojeras, producto de lo larga que había sido la noche anterior. Los privilegiados habían podido descansar lo suficiente para afrontar con garantías el día, pero otros denotaban en el semblante bastante cansancio.

El capitán Mendoza, por ejemplo, aguantó el tipo si bien reconoció estar "un poquito cansado después de la celebración de toda la noche. Hay que estar tranquilos porque hasta el jueves tenemos actos y debemos disfrutar, nos ha costado sesenta y dos años de historia conseguir esto".

El jerezano, que pudo vivir también el último ascenso a Segunda, admitió que esta celebración "no tiene nada que ver. Ahora hay mucha más gente y se vive más. También es normal porque un ascenso a Primera debe tener más tirón. Me imagino que con el paso del tiempo nos daremos cuenta de lo que hemos hecho".

Preguntado por sus 'piropos' a González Cabaña del pasado sábado, el lateral prefirió no cargar más el ambiente. "Es normal, en medio de la euforia me salió de dentro. Como sé que es del Cádiz me salió eso, pero bueno, que no tengo nada contra él ni nada de eso. Quizás con esto le doy también un poquito de publicidad", comentó en tono jocoso.

Otro con ojeras era Antoñito. El sevillano indicó sobre la celebración de los aficionados que "es lo normal, hemos hecho una cosa muy grande para la ciudad y es lógico que la gente lo celebre así".

Como muchos de sus compañeros, el punta aseguró estar "cansado, lo que pasa es que vienes y ves lo que hay ahí fuera. Nada más que ver a la gente así te da un subidón. Al revés, te da más ganas de fiesta, pero vamos que aguantaremos el tirón".

Moreno era de los más tranquilos pero no ocultó que "estoy disfrutando a tope de lo que hemos conseguido. Nos ha costado mucho tiempo y lo merecíamos. No he tenido tiempo ni para pensar en el gol porque lo importante era lograr el ascenso. Me siento feliz porque muchísima gente está feliz con nuestro logro".

El valenciano confía en la continuidad de Esteban y no le sorprende las muestras de apoyo. "Sobran las palabras a la hora de hablar de su trabajo, nos lo ha dado todo".

Moreno, a la hora de dedicar el ascenso, se acordó de "mi familia, que siempre está en los momentos en los que la necesitas, y de todos los compañeros que han pasado por el club y que no han tenido la fortuna de ascender".

Calle se convirtió en maestro de ceremonias y desveló que "no había nada previsto. Era un día muy feliz y sólo pensaba en disfrutar, todo salió así. Estamos todos desbordados por las muestras de cariño que estamos recibiendo y por ver a tanta gente tan feliz. El ambiente es tremendo y no me ha sorprendido".

El delantero madrileño, que tendrá que volver al Nástic el próximo 30 de junio, también confesó sentirse "un poco cansado pero es lógico que tengamos que estar en este tipo de actos. Debemos disfrutar al máximo porque un ascenso no se consigue todos los años. Ahora, a celebrarlo por todo lo alto y luego ya pensaremos en el partido ante el Celta".