Xerez y Córdoba se marcaron un partido típico de pretemporada, espeso, muy aburrido, con pocas oportunidades, con poquísimo fútbol y en el que las entradas duras se convirtieron en protagonistas, tanto que ambos equipos acabaron con diez jugadores porque tanto Richy como Mendoza se fueron a la ducha antes de cuenta.

Ante un rival de mucha más entidad que Arcos y Puerto Real, el Xerez no se mostró tan suelto y le costó mucho más tanto hacer su juego como intentar hacerse dueño de él. Además, el equipo cordobés tampoco se lo puso nada fácil, como suele ser habitual en los equipos del ex entrenador azulino.

El partido dejó patente que el equipo tiene buenos jugadores pero también que para plantar cara a rivales superiores hace falta mucho más que eso. El cuadro xerecista se quedó casi desnudo ante los argumentos del Córdoba, que casi todos se basaron en la disciplina y en no dar un balón por pedido porque calidad también demostró tener más bien poca.

Leandro Gioda volvió a ser el protagonista, con un gol que rescató a los suyos y les permitió mantenerse invictos en esta pretemporada.

Ziganda dejó claro el sábado en su rueda de prensa que su intención era la de ir dando minutos al bloque que se presume titular de cara a la Liga y de inicio ante el cuadro cordobés apostó por casi todos los titulares que ahora mismo tiene disponibles, teniendo en cuenta la lesión de Bermejo y los pequeños problemas musculares que arrastra Míchel desde hace un par .

Fiel a su 1-4-1-4-1, apostó por Renan en detrimento de Chema, volvió a colocar a Redondo por delante de la defensa y por Antoñito como referente.

A los ocho minutos, avisó Antoñito con un remate que el colegiado consideró no había entrado ante las ligeras protestas de unos azulinos también poco convencidos de que el balón hubiese traspasado la línea.

El Córdoba se adelantó en el marcador casi en su primer acercamiento a la meta de Renan. Un centro de Jorge Luque fue rematado en el segundo palo de cabeza por Pepe Díaz, que se aprovechó del despiste defensivo azulino.

El Deportivo niveló la contienda un cuarto de hora después, tras unos minutos en los que a los azulinos les costó romper el entramado defensivo de un rival mucho más contundente que los anteriores. Leandro aprovechó un balón en el área tras un saque de esquina que botó Abel Gómez. Dos goles en el mismo campo, balance del argentino.

Tras el empate, la temperatura subió sobre el césped. Los jugadores se picaron por momentos y hubo minutos tensos, con entradas duras por una y una parte.

Si la primera parte fue espesa, la segunda, una vez que Ziganda retiró de una tacada a Emilio Viqueira, Momo y Abel Gómez, aún se volvió a gris y se intensificaron las acciones duras. Tanto, que Richy y Mendoza acabaron expulsados después de que el cordobés hiciera una dura entrada a Rosillo y el jerezano se lo recriminara de forma poco ortodoxa.