El nombre de Momo volvió a sonar el domingo con los dos goles marcados por el canario en La Rosaleda. Esta debería haber sido la de su explosión en Primera, pero por múltiples motivos no ha sido así . No obstante, está en la agenda de muchos equipos y el Xerez tendrá muy complicado, por no decir imposible, que siga vistiendo su camiseta más allá del 30 de junio.

En su contrato figura una cláusula según la cual renovará automáticamente cuando llegue a los 25 partidos jugados con el Deportivo, pero el jugador ha llegado a un acuerdo con el club para que deje de tener validez. Así, no se repetirán casos como el de Pedro Ríos, cuyo futuro condicionó el presente cuando el Xerez se estaba jugando el ascenso.

Ahora el objetivo es bien distinto y aunque sea complicado, el club necesita de todos sus elementos al máximo y parece acertada la decisión de negociar con el canario su continuidad cuando ya no haya nada en juego. "Es algo que he hablado con el entrenador y con el presidente. Les he dicho que, como siempre, de aquí al final de la temporada me voy a matar por el Xerez para conseguir el máximo de puntos y ojalá que sea también la salvación. Por respeto a mis compañeros tengo que darlo todo y ya me han dejado claro que no va a haber problema con los 25 partidos. De mi futuro en el club hablaremos más adelante, pero no dependerá de eso. Yo se lo agradezco porque así evitamos situaciones raras".

Momo recuerda lo sucedido el año anterior en el Xerez, algo que pasa habitualmente en muchos clubes cuando la continuidad de un jugador cotizado por otros equipos depende de llegar a una cifra de partidos. "Hay casos de jugadores que sufren lesiones que les impiden jugar esos partidos y cosas así y yo creo que era mejor hablarlo claramente. Por suerte, me han entendido y han visto que lo mejor para todos es que yo intente aporte mi granito de arena si el entrenador cree que debo jugar y ya se verá lo que pasa con mi futuro".

El extremo reconoce que sería mejor para él saber ya dónde va a militar la próxima campaña, pero sabe que hay demasiado en juego como para despistarse: "Lo que quiero es estar centrado en jugar nada más, pero es una situación complicada. Es inevitable pensar un poco en dónde vas a estar el año próximo, pero hago el máximo esfuerzo por estar centrado en el Xerez y por supuesto que cuando salgo al campo estoy totalmente metido en el objetivo de mi equipo y lo doy todo por esta camiseta".

Y, a todo esto, el jugador de Las Palmas reconoce que su rendimiento ha estado lejos del que se esperaba y del que quería él mismo: "Ha sido un poco de todo. Al principio de la temporada tuve una lesión bastante molesta, aunque no grave, y después estuve entrando y saliendo del equipo. Pero el primer culpable de no haber estado a la altura he sido yo. No he estado al nivel que esperaba la gente y ha sido por muchas cosas. La situación del equipo no ha acompañado porque no estás con confianza, no te atreves a hacer cosas... El culpable soy yo y espero que las cosas cambien de aquí al final de la temporada".

El objetivo de todos los que componen las fuerzas vivas del xerecismo es alargar el máximo de tiempo posible la vida del equipo en la categoría. En la plantilla no quieren hacer cuentas sobre los puntos que necesita el equipo para salvarse, pero es inevitable pensar en lo que hay que conseguir. "No queremos marcarnos un objetivo a largo plazo porque ahora sólo tiene sentido pensar en el Villarreal, pero es una realidad que para aspirar a seguir en Primera debemos llegar, como mínimo, a los 40 puntos. Por más que se diga que este año va a estar más barata la permanencia, al final o consigues esos puntos o tienes que descender porque todos empiezan a sumar".