Premio a la insistencia
Xerez cd - granada cf · la crónica
En un mal partido, el Deportivo aprovecha el planteamiento defensivo del Granada para sacar un punto en el tramo final. El azulino vuelve a ser un equipo frágil atrás y muy previsible
A los entrenadores se les suele dar más importancia de la que tienen, pero ayer el Xerez tiene que agradecerle a Fabri que ordenara a su equipo dar un paso atrás y no ir a por el partido cuando lo tenía todo de cara para rematar a un Xerez que anduvo perdido durante buena parte del choque y que sólo salvó un punto al final por echarle narices y por tener fe.
No pueden estar contentos los xerecistas satisfechos con el encuentro realizado ayer por sus hombres porque nuevamente se vio un equipo desmadejado, muy previsible y con algunos jugadores en un bajo estado de forma. Salió sólo tocado y no hundido tras el primer tiempo y tuvo, eso sí, arrestos para igualar el choque en el tramo final, cuando el Granada ya estaba metido atrás por la autoexpulsión de Carlos Calvo. Hay cosas que no cambian.
En el primer periodo volvió a aparecer ese Xerez desquiciado y frágil de algunos momentos de la temporada. Y no tardó en dejar claro que iba a hacer sufrir a su gente porque desde el mismo arranque se vio que defensivamente el equipo estaba descolocado y dando facilidades.
A los tres minutos ya se había plantado Dani Benítez solo delante de Chema usando esa autopista que había a la espalda de Edu Moya, la apuesta de Javi López para algo que sólo él puede adivinar. La respuesta era algo de toque al borde del área visitante, pero se quedaba en fuegos de artificio porque no había profundidad. Toque sin peligro, casi lo de siempre.
Al Granada le bastaba con estar ordenado y aprovechar las imprecisiones de los azulinos para salir a la contra y morder en la yugular del Xerez, que ponía a la defensa demasiado adelantada y no era capaz de presionar con precisión, lo que dio pie a que Geijo se quedara solo tras un buen pase de Mikel Rico. Dribló a Chema con calidad y marcó a placer con la zurda un gol que se veía venir.
Una vez más, le tocaba al equipo de Javi López remontar un partido delante de su afición, algo en lo que no es precisamente un experto. Los nervios se acumulaban y de eso se aprovechaba el equipo de Fabri, que salía veloz al contragolpe y superaba el entramado defensivo local con sólo dos toques, con una facilidad impropia de un equipo profesional. La banda de Edu Moya era un coladero y Chema tenía que despejar como buenamente podía un centro de Siqueira. Desde la izquierda, claro está.
Mientras, el Xerez era incapaz de hilvanar una jugada y en más de una ocasión tenía Lombán que buscar el pelotazo en largo, lo que equivalía a una pérdida. El equipo era de lo más previsible en ataque y daba muchas facilidades en defensa. Un cocktail explosivo que no derivó con un marcador más amplio al descanso porque el fútbol es así de condescendiente en ocasiones. Sólo se vio alguna acción de mérito a raíz de una agresión de Geijo a Edu Moya, que encendió los ánimos de los xerecistas. En un momento de lucidez, Pablo Redondo conectó con Capi y éste disparó para que Roberto desviara a córner.
Cabía esperar que el descanso hubiera servido para que los locales recapacitaran y se dieran cuenta de que ser tan vulnerable era algo así como hacerse el harakiri ante cualquier equipo de esta categoría. Sin embargo, las cosas comenzaron de una manera parecida. Se había esfumado ese empuje de los últimos minutos del primer periodo y la claridad seguía brillando por su ausencia.
El conjunto de Fabri, por contra, lo veía fácil. Mikel Rico estaba a punto de hacer el segundo tras un buen pase de Carlos Calvo en el minuto 52, pero su disparo, algo escorado, lo sacó Chema a córner. Del Xerez, en ese momento, sólo se podía esperar algo en alguna acción a balón parado y así llegó un cabezazo de José Mari en el minuto 63, y que Roberto detuvo en dos tiempos con bastantes apuros.
Sí, el Xerez era quien llevaba el mando, pero era la típica posesión de mentira porque el rival te espera, muy cómodo sin tener el balón. Realmente a los de Javi López se les veía impotentes para crear ocasiones y aspirar al empate. Estaba más cerca el 0-2 y no porque el Granada estuviera volcado, ni mucho menos, pero de hecho le anularon un tanto por fuera de juego tras una falta lanzada por Dani Benítez y que Mainz introdujo en la portería de Chema.
Corría el minuto 74, un pasaje del partido en el que ocurrirían cosas fundamentales. Lo primero, que Fabri fue reservón incluso para hacer los cambios y eso le dio vida al Xerez porque no había parones en el juego. Además, Carlos Calvo cometió una estupidez, fue expulsado, y eso fue como ver el cielo abierto para los azulinos.
El acoso final tuvo premio en una acción en la que el pésimo Pino Zamorano pitó penalti por una mano de Mikel Rico y que transformó Óscar Díaz. Un punto que vale por lo anímico, pero hay muchas cosas que mejorar. Demasiadas para ser la jornada 31ª.
1 - Xerez: Chema, Mendoza, Lombán, Bruno Herrero (Capdevila, m. 78), Edu Moya, Óscar Díaz, Leandro, Capi, Cordero (Héctor Font, m. 58), Pablo Redondo (Antoñito, m. 68) y José Mari.
1 - Granada: Roberto, Nyom, Siquiera, Iñigo López, Mainz, Mikel Rico (Juande, m.92+), Carlos Calvo, Lucena, Dani Benítez (Collantes, m. 87), Abel Gómez, y Alex Geijo.
Árbitro: Pino Zamorano H (C. Castellano-manchego). Actuación irregular. Debería haber expulsado a Álex Geijo por su agresión sobre Edu Moya y se limitó a amonestarlo. Por contra, señaló un penalti a favor de los azulinos muy protestado por los jugadores del Granada.
Tarjetas: Amarillas Lucena (37’), Álex Geijo (42’), Gioda (49’), Mainz (50’), Nyom (77’), Lombán (80’), Mikel Rico (88’). Carlos Calvo fue expulsado por doble amonestación (66’ y 76’).
Goles 0-1 (14’) Álex Geijo. El delantero recibe un buen pase interior de Mikel Rico y marca a puerta vacía y con la pierna izquierda tras driblar a Chema. 1-1 (89’) Óscar Díaz, de penalti. El madrileño transforma por la escuadra una pena máxima señalada por mano de Mikel Rico tras un centro de José Mari.
Incidencias: Encuentro de la trigésimo primera jornada de la Liga Adelante jugado en el estadio Chapín ante 12.279 espectadores, con la presencia de unos 600 aficionados del Granada. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del terremoto de Japón. El partido comenzó con dos minutos de retraso por la demora de los equipos, según refleja el acta arbitral.
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