Sufrir tanto mereció la pena esta vez
Un centenar de aficionados azulinos, después de un mes de sufrimiento, disfrutaron con el empate de su equipo
La Puerta 21 del Conerllá-El Prat se ha convertido en visita obligada para cualquier aficionado que acude a presenciar un encuentro en el nuevo feudo espanyolista, sea perico o visitante. Y la Federación de Peñas Xerecistas no podía ser menos. Una representación de los peñistas azulinos, cuarenta y cinco minutos antes del comienzo del partido, depositó un ramo de flores en el santuario particular de Dani Jarque desde que falleció el pasado mes de agosto en Italia.
Una vez en el campo, la hermandad quedó a un lado y cada uno fue a los suyo. Los blanquiazules a animar a los suyos y los xerecistas a animar a unos jugadores que ayer vistieron de naranja por primera vez en la temporada.
No eran muchos -unos cien- pero sí fueron muy ruidosos y no dejaron de aplaudir a los suyos desde que comenzaron a realizar el calentamiento, aunque la megafonía del nuevo estadio funciona como un cañón y de poco o de nada se podían enterar los futbolistas, muy concentrados en lo suyo, realizando los ejercicios previos al encuentro justo debajo de ellos.
En el minuto 21 del partido, el estadio fue un clamor y sólo se oyeron aplausos para Jarque y esa acción animó al colectivo, tan dormido como el partido.
Y si en la primera parte, los seguidores no se divirtieron demasiado en la segunda mitad, con la entrada en el campo de Emilio Viqueira y Mario Bermejo, se animaron y estuvieron a punto de cantar el primer gol de su equipo esta temporada y justo en el área en la que se encontraban ubicados. El larguero volvió a ser cruel con Bermejo, al igual que ante el Deportivo. Kameni se lució y el balón del cántabro en vez de coger portería se elevó y se estrelló en el poste.
De ahí al final, les tocó sufrir, igual que a los jugadores sobre el campo, pero mereció la pena. El primer punto del equipo en Primera lo valió. El espíritu de Jarque esta vez no abandonó a los aficionados xerecistas, que merecían un premio así después de un mes sin saborear un puntito o un gol de su equipo en la máxima categoría.
Al final del partido, cuando ya todo el estadio se había desalojado, los xerecistas seguían animando a los jugadores y ya con la tranquilidad de haber roto la racha que les perseguía.
El camino de vuelta -algunos realizaron el viaje en coche y otros en autocar- no será tan duro y el domingo acudirán a Chapín para ver el encuentro ante el Málaga con fuerzas renovadas y la moral mucho más alta. Es la ley del fútbol...
También te puede interesar
Lo último