Hay futbolistas que deberían ser eternos y tener la capacidad de jugar año tras año sin que el tiempo pasase por ellos. Los aficionados del Xerez seguro que pensaron en ello el pasado miércoles, cuando la entidad hizo oficial que Vicente Moreno colgaba las botas para convertirse en segundo entrenador de Juan Merino.

El reto es ilusionante pero la decisión no fue fácil para un hombre que llegó a Jerez con 25 años, que estuvo a un paso de marcharse al Rayo Vallecano a los pocos meses de llegar, pero que finalmente ha echado raíces en una ciudad que ya considera la suya y siempre gracias a una afición que le ha convertido porque así se lo ha ganado él con su comportamiento ejemplar dentro y fuera del terreno de juego en su último gran ídolo.

Vicente Moreno es el hombre de los récords en la entidad azulina. Pocos futbolistas pueden presumir de haber disputado más de 400 partidos con la elástica xerecista y es de los poquitos que tiene dos ascensos, uno de 2ª B a 2ª A y otro de 2ª A a Primera.

El valenciano ha dicho adiós de una forma atípica porque "mi intención era la de seguir jugando una temporada más pero las cosas vienen así. No quería que mi despedida fuese la típica pero no lo puedes controlar. Pensaba que estaba preparado para dejar de hacer lo que he venido haciendo toda mi vida pero cuando llega el momento te cuesta. Menos mal que todo ha sido muy rápido y no he tenido demasiado tiempo para pensar. A partir de ahora, empiezo un nuevo camino junto a los que han sido mis compañeros hasta hace poco pero con otras responsabilidades. Estoy ilusionado pero que no piensen que no les voy a exigir".

Con una carrera tan amplia, le cuesta quedarse con momentos especiales. Prefiere quedarse "con los buenos. Los malos, que también han sido muchos porque me di cuenta de que este club era especial desde minuto uno, es mejor olvidarlos. Para mí fue muy importante el día que firmé por el club en Sevilla. Recuerdo que fue en el hotel que está al lado de Santa Justa y en la reunión estaba Pepe Salado. Miguel Ángel, que era compañero mío en el Guadix, les convenció y siempre le estaré agradecido".

La figura de Esteban Vigo le marcado porque "a la fuerza tiene que ser especial para todos. En dos ocasiones ha salvado al equipo de irse a Segunda B y nos llevó a Primera en una temporada insuperable. En su primera temporada ya congeniamos y nos convertimos en grandes amigos. No obstante, de todos los entrenadores que he tenido he aprendido".

A la hora de quedarse con un compañero no duda. "He tenido la suerte de compartir vestuario con grandes profesionales y grandes personas pero Emilio Viqueira para mí, como en el caso de Esteban, es tremendamente especial y que me perdonen el resto de amigos. El gallego es el gallego".

A nivel deportivo, Esteban Vigo y Viqueira le han marcado pero tampoco quiere olvidarse de los "grandes amigos que tengo en la ciudad después de tantos años y, por supuesto, del cariño de la afición. Gracias a nuestros seguidores hemos conseguido todos los logros y desde ya les animo a que nos sigan apoyando la próxima temporada porque su apoyo va a ser fundamental".

Moreno va más allá a la hora de alabar a la afición y confiesa que "nunca he sido forofo, ni cuando pequeño era de un equipo, aunque siempre te tira el de tu tierra, pero desde que llegué a Jerez me he convertido en un forofo del Xerez, soy y seré xerecista siempre".

En tantos años como profesional, también recuerda los momentos más divertidos que le ha tocado vivir, aunque algunos de ellos no lo fueron tanto en su momento. El valenciano recuerda especialmente "el posado para Interviú, con Shang Yi y Mena escondidos". También destaca lo que les sucedió justo antes de viajar a Huelva para medirse al Recre en la temporada 01/02 con Schuster jugándose el ascenso. "Nos concentramos en el Hotel NH Avenida y cuando llegó la hora de comer, nos montamos en el ascensor Emilio, Ramón, Antonio, Calle y yo. Sólo cabían cuatro y durante una hora estuvimos encerrados, comimos tarde y así nos fue en el partido... Aquella tarde fue horrorosa y eso que tampoco olvido el silencio que se hizo en el Nuevo Colombino cuando Calle marcó el 0-1".

Con Esteban Vigo, en la 07/08, "en el partido ante el Granada'74 en Motril, estábamos dando un paseo y tuvimos que correr como locos porque nos iban atacando dos perros enormes. El míster estaba lesionado, apenas podía correr y montamos una buena...".