El camarote

LA genialidad creativa de Groucho es capaz de crear escenas que hoy en día, 75 años después, son un componente cultural de nuestra sociedad. Ahí está para corroborarlo la frase que en muchas ocasiones hemos dicho o hemos escuchado de “Aquí hay más gente que en el camarote de los Hermanos Marx”. Entiendo que se estén preguntando qué tiene que ver esto con el Xerez. Lo cierto es que esta semana compartí un agradable café con dos compañeros, periodistas de profesión, y uno de los temas que salió a colación fue la actualidad del Deportivo. Que si los viejos están comprometidos, que si el equipo va a más, que ojalá no se nos vaya Bermejo en el mercado de invierno, que si las segundas vueltas de los equipos de Javi suelen bajar..., ya saben, las cosas habituales cuando se toma un café y todos somos seguidores del Xerez.

Pero llegó un momento que salió a relucir el colmillo periodístico y uno de nosotros vino a decir algo como que ‘menos mal que el equipo está ahí arriba, porque con el cacao que hay en el club’ y a renglón seguido, nos olvidamos del equipo y nos centramos en la oscura historia, nunca mejor dicho, que vive el club en el ámbito de la dirección, accionariado o propietarios. Cuando nos pusimos a nombrar a personas y cuál es fue su papel, es cuando se me vino la imagen del camarote 58, que fue el que le asignaron a Groucho Marx en el trasantlántico que los llevaría a Nueva York. En la escena de la película además de los tres hermanos y un joven tenor, entran dos señoras para limpiar, un fontanero, la señora de la manicura, el ayudante del tubero, un señor que iba a barrer, una chica que iba buscando a su tía y tres camareros. ¡Genial!

En el camarote xerecista están D. Pedro, Oliver, Silgado, el Turronero, Garrido, Morales, Mateos y el presidente argentino Sousa. A estos hay que añadirles la presencia de los administradores judiciales por imposición legal y Dª Pilar, heredera del primero en estos asuntos. Y por mucho que lo he intentado, no sé quién es quién en el Xerez y qué papel juegan. Si el equipo va mal, seguro que nadie aparece. Pero si el equipo asciende, ya me estoy imaginando a todos ellos salir en tromba del camarote para ir a celebrarlo.

Pero está genial película, ‘Una noche en la ópera’ (1935), da para más. Groucho y Chico protagonizan otra escena inolvidable. “La parte contratante de la primera parte…” Se acuerdan, ¿verdad? Pues para entender el artículo que publicó Diario de Jerez esta semana, en el que mi profesor, el catedrático Antonio Millán, explicaba cómo se hizo el traspaso de la acciones del Ayuntamiento a manos privadas, lo mejor que pueden hacer es ver la escena en Youtube y asunto cerrado. ¡Ah! Y no hay quinto malo. A por el Huesca.