Xerez CD

A la disciplina y el orden le faltó gol

  • Los azulinos ofrecieron su mejor versión en defensa y plantaron cara a un Barça que jugó a medio gas y que nunca se encontró cómodo. Henry rompió el encuentro nada más comenzar la segunda parte con un gol de cabeza

El mejor equipo del planeta se presentó en Chapín como líder intratable y con un once sin sus grandes estrellas -Messi, Ibrahimovic y Andrés Iniesta- pensando que el encuentro ante el colista de la categoría lo ganaría sin despeinarse, casi sin bajarse del autobús después de su gran semana con los triunfos ante el Inter y el Real Madrid y se equivocó.

Pep Guardiola tuvo que tirar de toda su artillería pesada para llevarse tres puntos de Jerez y colocarse a cinco de su eterno rival, aunque esa ventaja ahora sea ficticia y aunque el tanto que rompió el partido también lo consiguiera Henry antes de que los mejores estuviesen sobre el terreno de juego.

El Xerez ofreció su mejor versión en lo que a disciplina, orden, colocación, ayudas y entrega se refiere pero volvió a demostrar que se le hace de noche a la hora de crear peligro a cualquier rival. Para colmo, no tiene fortuna. A sus hombres más ofensivos no le sale nada y cuando se suman al ataque los centrales o los centrocampistas, tampoco encuentran el camino del gol, un problema que está matando a un cuadro azulino que lucha por sobrevivir en una categoría en la que las grandes estrellas marcan las diferencias.

El equipo de Ziganda supo jugar su partido y supo siempre tener claras sus limitaciones, aunque su virtud estuvo en disimularlas con el brochazo grueso de sus mejores virtudes.

El Barcelona se tomó el partido con muchísima calma y durante la primera parte no pudo superar la buena disposición de los azulinos, muy ordenados, con la defensa adelantada, tapando todas las líneas de pase y obligando a los de Guardiola, ayudados por el mal estado del campo, a jugar de forma muy lenta.

De hecho, sólo le vio la cara a Renan en un par de oportunidades que ni Bojan, muy apagado pero perfecto a la hora de hacer demarques, ni Henry aprovecharon y en dos jugadas a balón parado. La primera se la entregó con el pecho Touré a Renan tras una falta botada por Xavi y la segunda, ya con el tiempo cumplido, fue un remate de cabeza de Chygrynskiy fuera después de un saque de esquina también de Xavi.

Los mayores problemas para los de Ziganda llegaban a la hora de atacar, ya que a los jugadores de arriba les costaba mucho superar a la zaga azulgrana y que además se encontraron con un asistente de Preferencia que les amargó la noche con los fueras de juego, algunos muy justos.

Las dos acciones más destacadas arriba las tuvieron en sus botas Víctor Sánchez, al que se anticipó Valdés tras un pase por encima de la defensa de Fabián Orellana y Álex Bergantiños, que intentó sorprender desde lejos al guardameta azulgrana.

Pero el Barça no tardó en la segunda parte en llevar la lógica al marcador. Prácticamente sin despeinarse y tras un despiste defensivo en la banda, Maxwell se coló hasta la cocina como Pedro por su casa y Henry, en la boca de gol, batió a Renan de cabeza.

En algo menos de un minuto, decantó la balanza a su favor, por algo es el líder de la Liga, aunque ayer en Chapín hasta ese momento no había demostrado ni ser una mala imitación de lo que se le supone. Xavi no funcionó y eso siempre se nota.

Guardiola movió pronto el banquillo y tuvo que tirar de toda su artillería pesada porque no estaba nada contento con lo que estaba viendo y no se fiaba de un conjunto xerecista entero, que no se descompuso con el tanto y que tuvo el empate en la cabeza de Aythami, al rematar un saque de esquina botado por Orellana, ya con Messi sobre el campo y con Ibrahimovic ya calentando y a punto de salir.

Ziganda también retiró a Carlos Calvo y apostó por Antoñito y los azulinos comenzaron a crecerse. Orellana tuvo otra buena oportunidad (70') y obligó a emplearse a fondo a Valdés, que no se esperaba el tiro con la zurda del chileno.

La afición disfrutaba con su equipo pese a la derrota y con Leo Messi, que cada vez que tocaba el balón se inventaba una acción con la que sorprender a los defensas azulinos. Y es que los azulgrana mejoraron con la entrada del Balón de Oro y la del ariete sueco. Para completar el trío de ases, Iniesta también entró. Y es que el partido no pintaba nada claro para el Barça por su mínima ventaja.

En la recta final y ya con el partido totalmente roto, Messi deleitó a los aficionados con un tiro al palo y con un par de jugadas impresionantes, Iniesta falló otra cantada e Ibrahimovic cerró el marcador con el 0-2... La historia se repite y los puntos no llegan.

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