Con la suerte cambiada (0-0)
El Deportivo vuelve a poner de manifiesto su falta puntería en un partido en el que goza de las ocasiones más claras, incluido un penalti. El punto deja la permanencia casi sentenciada
El Deportivo amarró ayer por fin la permanencia (a expensas de carambolas extrañas) aunque lo hizo en un encuentro que debió ganar, al menos por ocasiones. El encuentro en sí fue quizás el reflejo de la presente temporada, es decir, de un equipo de altibajos y que en momentos puntuales de la competición no ha sabido dar el do de pecho o sacar esa calidad que al inicio de campaña se le presuponía. Ayer ocurrió lo mismo y al final tuvo que conformarse con un empate que ni mucho menos se corresponde con la realidad ofrecida en Cartagonova, pero que, viendo de la manera positiva, casi asegura la ansiada salvación.
Como había adelantado Moreno, el Deportivo salió de inicio con cuatro novedades, Calahorro por Robusté en defensa, Campano y José Vega por Pablo Redondo y Maldonado y Tato por Rueda. El Cartagena apretaba en el arranque buscando el gol que le diese tranquilidad y vaya si apretaba. A los 6 minutos Collantes se encontró un balón muerto en la frontal pero afortunadamente para el Xerez su control se le fue largo, dando tiempo a Doblas a despejar.
Cuatro minutos más tarde sería nuevamente Collantes el que se plantó solo ante Doblas, que de forma providencial volvió a desviar. Eran momentos de agobio para el Deportivo, que se limitaba a defender y esperar agazapado a que o bien Tato o bien José Mari tirasen de imaginación y talento.
Pasado el minuto 20 fue Braulio quien a punto estuvo de sorprender al meta xerecista en otra acción con cierta fortuna. Nada, allí estaba el sevillano para abortar cualquier opción. Más clara fue la que tuvo Collantes dos minutos después, pero el extremo disparó demasiado cruzado.
La primera aproximación azulina con cierto peligro no llegó hasta el minuto 25 cuando Mendoza empaló de volea un balón muerto en la frontal y su lanzamiento se fue por encima del larguero.
Conforme el cronómetro avanzaba, el Cartagena perdía chispa, el nerviosismo se empezaba a cocer entre jugadores y afición y sólo el marcador electrónico, cuando recogía los goles del Murcia en Alcoy, animaba a la parroquia. El Xerez, por su parte dominaba un poco más la posesión de balón, aunque le seguía faltando un poco más de verticalidad en su juego. Sólo Tato daba muestras de verdadero peligro cada vez que se acercaba al área con balón.
Con empate a cero se llegó al descanso. Tras la reanudación los de Moreno comenzaron con fuerza y en la primera aproximación estuvieron cerca de adelantarse. José Vega pilló un balón suelto en la frontal, golpeó raso. Reina rechazó y la bola la mandó José Mari a la red, pero en claro fuera de juego.
Fue sólo un espejismo porque de seguida el Cartagena puso de nuevo la maquinaria en funcionamiento. Espoleado por su afición, el Efesé fue arrinconando al Deportivo. Raimondi la tuvo en boca de gol a los siete minutos y a continuación Calahorro, en su intento de despejar un centro de Lafuente, a punto estuvo de hacer un autogol. El despeje se fue por encima del travesaño.
Los azulinos respondieron con una contra bien llevada por José Mari que Mendoza mandó a las manos de Reina, que atrapó sin problemas. Acto seguido, Tato, en una buena acción individual, se empachó de regates dentro del área cuando lo tenía todo a favor para buscar portería. Abraham Paz le sacó finalmente la pelota.
El partido estaba abierto, cualquiera de los dos podía marcar. El Cartagena se decidió a ir por el triunfo a tumba abierta, y el Xerez, tocando cada vez con más criterio el esférico, esperaba una contra o un despiste local para dar el zarpazo. Quizás, a los de Moreno únicamente le faltaba ese jugador que diese el último pase ante un rival cada vez más inquieto y nervioso.
Viendo la los huecos que los locales empezaban a dejar por su talante ofensivo, Moreno refrescó las bandas. Primero dando entrada a Pablo Redondo y luego a Israel (ayer más centrado que de costumbre). Cada vez había menos fútbol y los balones largos por parte del Efesé buscando a Raimondi comenzaron a ser el recurso más sencillo.
En una contra, Tato recibió de espaldas, levantó la cabeza y vio cómo Israel entraba por la izquierda como un puñal ganando la espalda a Manolo y plantándose solo ante Reina. El lateral lo derribó cuando se disponía a tirar. Penalti y expulsión. Era la ocasión y el momento propicio para ganar, pero José Mari lanzó a la derecha y Reina lo adivinó. Cartagonova estalló de júbilo.
El Cartagena tenía vida y pese a ir con diez seguía arriesgando, no le quedaba otra. Toni Moral, con una volea desde 30 metros intentó sorprender a un seguro Doblas. Quedaban menos de un cuarto de hora y entonces todo era posible.
Los últimos minutos fueron de infarto. Doblas sacó bajo palos un remate forzado de Mariano Sánchez y en el que se pidió penalti por un presunto agarrón posterior a Paz. En la jugada siguiente, José Mari, tras cabalgada de Tato e Israel, se perdió en regates absurdos. Tampoco pudo marcar Tato en otra buena jugada de contragolpe. Su disparo se fue alto.
A tres del final, Tato avanzó por el carril del ocho, dribló a su par y éste lo derribó claramente dentro del área. Arias López miró para otro lado como si nada. Ya al final Israel tuvo la última pero tampoco, su tiro se marchó a córner.
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