El triunfo de una voluntad
Ruz encara la recta final de la recuperación de su pericarditis pero "no puedo acelerar más, los médicos no quieren correr riesgos por otra recaída"
Manuel Ruz continúa con la recuperación de la pericarditis que arrastra desde hace más de dos meses, la segunda que sufre esta temporada, ha regresado a Jerez para pasar unos días junto a sus compañeros y se muestra ilusionado de cara al futuro a pesar de lo delicada que es su enfermedad, más por las recaídas que ha sufrido que por la enfermedad en sí. Se aferra a la opinión de los médicos por su pasión por el fútbol y hasta pasa por alto la de su familia, que le apoya pero que también le recomienda que lo deje todo para evitar más sustos.
El lateral azulino explica sobre su estado que "todavía sigo haciendo revisiones. En principio, me comentaron que tenía que estar tres meses parado, ahora voy a cumplir dos y he venido a visitar a los compañeros, me da alegría estar en el vestuario. Tenía unos días sin tener que ser sometido a ninguna prueba y los he aprovechado para venir y estar con el equipo. A día de hoy, todo sigue igual, pero no puedo empezar antes de lo previsto, los médicos no quieren arriesgarse por las recaídas anteriores. Peor que mi enfermedad es una lesión de cruzados, por eso tienes que estar un año parado, yo estuve dos años con esa lesión, y con esto, espero estar listo en el tiempo que me han indicado si Dios quiere y todo va bien".
Lo peor ya ha pasado pero "aún me queda para volver a jugar. La fase de reposo reposo la he superado porque abarcaba las primeras cinco semanas, ahora estoy en la fase de paseos largos, de comenzar la actividad para que los músculos no se atrofien pero no me dejan correr, que es el inicio de la recuperación activa. Ahora tengo un reposo activo, con vida normal pero sin ejercicio físico".
Admite que en algunos momentos se ha llegado a desesperar: "Cuando te rompes un cruzado te mentalizas, sabes que es grave pero cuando toca el tema del corazón y de forma repetida está claro que da miedo, me da miedo a mí, a la familia y a todo el entorno del fútbol por todas las cosas que han pasado pero nunca piensas que te va a pasar a ti. A mí me han dicho que este problema no es para morirte en un campo y con ello me quedo, aunque da miedo por todo lo que he comentado antes. La simple palabra corazón asusta. Yo he vivido de esto siempre, quiero seguir viviendo de esto y quiero seguir jugando al fútbol".
También reconoce el lateral xerecista que "por momentos, te planteas dejarlo todo porque al principio te da miedo pero cuando estás en casa y te sientes mejor, te cuesta tomar decisiones de este tipo. Voy a seguir los pasos que me están recomendado los médicos y no voy a tomar ninguna decisión de forma precipitada ni en caliente. Llevo dos meses, hemos avanzado bastante y estoy esperando para volver a entrenar".
Y es que a sus 27 años, "aún me queda cuerda para rato. El fútbol es mi vida, es lo que me gusta hacer, es lo que he hecho desde que tenía ocho años y no quiero que esto se acabe aquí, aunque la familia sí que se preocupa y me preocupa. Ahora, por ejemplo, que estoy en Valencia y voy a ver a mi abuela siempre me dice lo mismo, déjalo ya... Al final, lo que más cuenta es la opinión de los médicos y ellos me dicen que no hay riesgos. La familia pesa pero pesan más los médicos y mis ganas de jugar".
Sigue muy de cerca las evoluciones del equipo y no oculta que "en Valencia sufro mucho más que aquí, no puedes hacer nada desde la distancia y se pasa fatal, por eso me he venido unos días. La pasada semana, por ejemplo, estaba viendo el partido con el Elche y sufrí bastante, por eso me he venido. Ahora, jugamos en casa y estoy más cerca de los compañeros".
Su opinión sobre la temporada es clara y no deja de reconocer que todo ha salido mal: "No creo en la suerte, son cosas que tienen que pasar, han pasado y hay que buscar soluciones, aunque queda poco tiempo, sólo ocho partidos, y es bastante difícil. Lo que más me fastidia son los factores externos, los factores que no tienen nada que ver con el juego. Hemos tenido lesiones, problemas de corazón, muchas expulsiones, todo influye. Yo he estado en muchos vestuarios y el grupo es bueno, en el vestuario me siento genial, me da la sensación de humanidad. Somos futbolistas pero también personas y el poder tomarte una cerveza con un compañero también me ayuda. Ojalá haya un milagro, haya un descenso económico y podamos salvarnos pero para eso hay que intentar quedar lo más arriba posible, si puede ser el quinto por la cola, mejor que el cuarto. La imagen ante el Elche fue bastante buena y es la línea a seguir, ante Las Palmas haremos un buen partido porque en la cabeza tenemos el de Elche. Todos tenemos ganas de ganar de una vez por todas".
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