Por la vía rápida y usando la cabeza (0-3)
Los de Orúe sentencian en una completa primera mitad con dos goles de Barba a los ocho minutos.
Una fenomenal primera parte selló la vigésimo segunda victoria del Xerez Deportivo FC en el presente curso, en el que tras conseguir el ascenso está a un paso de proclamarse campeón de forma matemática. El equipo de Orúe suma y sigue y ayer superó con nota el examen en Bahía Sur, magnífico escenario al que los visitantes respondieron con juego y goles en una primera mitad de lo más completa y en la que sentenciaron una nueva victoria.
Por la vía rápida decidió el Xerez DFC el envite ante un filial isleño que llegaba con la moral por las nubes tras sus últimas goleadas y espoleado por jugar en el campo del primer equipo pero que encajó a las primeras de cambio dos mazazos en el juego aéreo, uno de los puntos fuertes de los azulinos, ayer con la segunda equipación por coincidencia de colores. Fueron dos goles calcados en los que el equipo jerezano jugó con cabeza: sendos saques de esquina botados por Copero y rematados por Barba de forma imparable, uno a cada palo. Palo para el San Fernando B, que a los ocho minutos ya veía Bahía Sur cuesta arriba.
En efecto, lo del Xerez Deportivo FC fue llegar y pegar. Con el mismo once de la pasada semana y Copero sacando a balón parado ante la ausencia de Orihuela, el equipo tiró del manual de Orúe para redondear una primera mitad completa: presión con ayudas en defensa y toques continuos entre el centro del campo y la defensa para descomponer al rival hasta abrir a las bandas y llegar al área rival.
Con el marcador a favor muy pronto y mejor situado en el campo -al filial se le fue haciendo cada vez más grande el Iberoamericano-, la presión permitía a los jerezanos recuperar el balón en campo contrario o bien obligaba a los isleños al pelotazo a Bataller, que pese a hacer honor a su apellido y batallar de lo lindo siempre estuvo en inferioridad ante Romerito y Borja Perea, que ganaron la partida una y otra vez.
Y tras recuperar el balón, a triangular los centrales con Lolo Garrido, abriendo a los laterales, mientras Barba y Copero venían a recibir. Toques aguantando la posesión, vuelta a empezar si no hay salida clara por las bandas hasta encontrarla, o con César y Benítez por la izquierda o Biri y Álex Padilla por la derecha.
Curiosamente, los dos primeros goles no llegaron en ese juego de toque raso sino a balón parado y de cabeza. Avisó Pedro Herrera antes en otro córner, en el que el portero Gonzalo salió en falso -no atrapó ni un balón sino que buscaba el despeje de puños- y el delantero xerecista cabeceó en el segundo palo pero el remate se le fue desviado. El San Fernando B se dejó ver en ataque aprovechando un desajuste visitante en un saque de banda que permitió a Jony entrar solo en diagonal hacia Edu Villegas, pero Romerito corrigió bien y obstaculizó al azulino, cuyo disparo salió desviado. Fue un espejismo, porque la siguiente llegada visitante acabó con Barba cabeceando a la red el córner de Copero al primer palo; la repetición llegó tres minutos más tarde, con idénticos protagonistas y resultado.
Como es habitual, el Xerez DFC no levantó el pie del acelerador con el 0-2 y siguió siendo dueño y señor del partido, porque el filial isleño era incapaz de superar la presión defensiva visitante, y pese a ello los locales intentaron una y otra vez sacar el balón jugado desde atrás, lo que les costó más de un susto. Poco a poco, Copero y Lolo Garrido comenzaron a encontrar líneas de pase superando cada vez con más facilidad a la primera línea defensiva isleña, aunque los de casa tuvieron la ocasión de meterse en el partido tras una buena jugada entre Copero y Pedro Herrera por la izquierda sin remate. Fue en un córner que Álvaro cabeceó a placer pero se encontró con Edu Villegas, que metió la manopla para sacar un remate envenenado después de que el balón botase en el césped. Un paradón sin haber calentado, porque fue el primer -y único- remate peligroso del San Fernando B entre los tres palos.
El choque siguió inclinado hacia la portería de Gonzalo, que no encontró Romerito en un cabezazo en el segundo palo después de que Juan Alberto se escapase sin amonestación tras una dura entrada a César. Y si la banda izquierda había tenido protagonismo en el ataque azulino, la derecha reclamó el suyo con una jugada entre Biri y Álex Padilla que parecía irse al limbo pero de la que el lateral jerezano sacó petróleo al presionar a un defensa rival, que se confió: Padilla le robó el balón, remontó la línea de fondo buscando a quién pasar y al no encontrar compañero y abrirse el portero esperando el pase de la muerte, clavó el tercero por el palo corto aprovechando el hueco dejado por Gonzalo. El que la sigue la consigue...
El Xerez DFC continuó jugando en campo contrario, acumulando posesión aderezada con llegadas: un chutazo esquinado, con poco ángulo de Lolo Garrido que sacó Gonzalo de la cruceta; una internada por el centro de César cortada y falta lanzada por Copero ligeramente alta; una apertura de Barba a Biri, centro raso al segundo palo donde Gonzalo despeja evitando el remate de César, rechace que cabecea Copero y Mario evita el gol bajo palos; otra llegada de Biri por la derecha tras pase de Copero con pase atrás que remata Pedro Herrera sacando Gonzalo a córner...
Reza el dicho que segundas partes no fueron buenas y ayer en Bahía Sur se cumplió. Nueve cambios en poco más de veinte minutos ralentizaron muchísimo el partido, que perdió ritmo y velocidad, derivando en fases monótonas en el monólogo xerecista, que se acentuó cuando Josua se buscó dos amarillas en cuatro minutos y el filial jugó los últimos 25 minutos en inferioridad numérica.
Eso sí, la segunda mitad dejó el estreno de Barberá con la elástica del Xerez Deportivo FC, primero jugando en la banda derecha y luego, tras la entrada de Olmo, en punta. Un remate alto de Manu por parte local y una cabalgada de César en la que se hartó de balón, un cabezazo desviado de Romerito y un empalme fuera de Olmo fue el escaso bagaje de esta segunda mitad -pobre en comparación a la primera-, que acabó, pese al rosario de cambios, sin descuento, medida de lo más acertada porque la suerte ya estaba echada.
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