Francisco Reinoso /

El triunfo de la muerte

A la vuelta de la esquina

La muerte siempre ha sido tema recurrente de pintores, literatos, poetas, músicos. El cuadro 'El triunfo de la muerte' realizado en 1562, por Brueghel el Viejo representa una especie de batalla global, en donde la muerte gana en todas las situaciones de la pintura. Representa todos los tipos de muertes, desde el naufragio, el incendio, por espada, ahogamiento... Muchos luchan contra ella, pero no hay nada que hacer.

Pero ¿qué es la muerte? Pues la extinción de la tendencia de los organismos vivos a estabilizar las constantes fisiológicas: la extinción de la homeostasis. Dicho así no da miedo, pero huimos del pensamiento muerte. La muerte está escenificada en un esqueleto, cubierto con un hábito negro y una guadaña. Pero la muerte no existe como ser espiritual, es la terminación de un proceso. Es interesante ver los dibujos del jerezano Carlos González Ragel, que con su obsesión por la muerte creó la esqueletomanía. ¿Se perderán sus azulejos en 'Los Gabrieles' de Madrid?

La muerte tiene entidad en Méjico, con la iglesia fundada alrededor de su culto, y es llamada 'La Niña Blanca', 'La Santísima', 'Nuestra Señora la Santa Muerte'. Recibe culto, regalos, rezos, peticiones para la familia, el trabajo, el dinero, la salud. Tiene sus altares. La consideran como un ser existente.

El ideal sencillo de Antonio Machado es para tenerlo en cuenta, sobre todo en estos días en que el cementerio jerezano está lleno de visitantes que renuevan las flores de plástico. Según me informa la floristas dominical "... actualmente lo que más se vende son flores artificiales". Terminaba Machado el poema 'Retrato' así: "Y cuando llegue el día del último viaje, / y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, / me encontraréis a bordo ligero de equipaje, / casi desnudo, como los hijos de la mar".

Serrat cantaba "Si la muerte pisa mi huerto/ ¿quién firmará que he muerto/ de muerte natural? ... ¿Cuál de todos mis amores/ ha de comprar las flores/ para mi funeral?".

El cementerio de Jerez es interesante para realizar una tesis sobre las clases sociales y las creencias. Las grandes familias tienen grandes mausoleos ostentosos, y las grandes congregaciones religiosas tienen grandes enterramientos. La del obispo D. Rafael Bellido, sencilla, sencilla. Cuando deambulo por el cementerio me acuerdo de 'Las coplas por la muerte del Don Guido': "Murió don Guido, un señor/ de mozo muy jaranero, / muy galán y algo torero; /de viejo, gran rezador".

En el cementerio municipal están también las parcelas del 'hoyo' con sus flores y cruces, y al fondo a la derecha unos espacios ajardinados llenos de imágenes religiosas, enanitos, angelitos, animalitos, rosales y flores, bien cuidados, luces solares...

Escribió Machado: "Buen don Guido, ya eres ido/ y para siempre jamás... /Alguien dirá: ¿Qué dejaste?/ Yo pregunto: ¿Qué llevaste/ al mundo donde hoy estás?"

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