Hace un poco menos de 750 años, las fuerzas militares cristianas incorporaron Jerez a la corona de Castilla. Los jerezanos musulmanes que llevaban en la ciudad más de quinientos años fueron expulsados, y sus tierras, viviendas y solares fueron repartidos entre las fuerzas ocupantes. Los jerezanos expulsados no eran extranjeros, sino ciudadanos de aquí desde muchas generaciones atrás.

Lo anterior está ocurriendo en estos momentos en Palestina: la destrucción de viviendas, apropiación de tierras, construcción del muro de la vergüenza, por parte del gobierno de Israel. La impunidad del Gobierno israelí no la para ni la ONU. ¿Se imagina que le expulsaran de sus huertas, de sus viviendas, por fuerzas militares invasoras desde Rota?

Israel debe existir como estado, pero también deben devolver las tierras y las viviendas arrebatadas a los palestinos.

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